Escándalo

Las HAM: ¿un gobierno clandestino anti Iglesia?

La ex superiora de las Hijas del Amor Misericordioso continúa en contacto con la asociación a pesar de la sanción del cardenal Cobo

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El Arzobispado de Madrid ha tomado medidas contra las HAMRuben mondelo .La razon .

Un gobierno clandestino, en la sombra. Esa parece ser la estrategia que la superiora defenestrada de las Hijas del Amor Misericordioso (HAM) y su consejo están siguiendo y van a aplicar ante la intervención total ordenada por el equipo del cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo. Prueba de ello es que María Milagrosa Pérez Caballero, conocida coloquialmente como Marimí, mantiene un contacto directo con las mujeres que forman parte de esta asociación pública de fieles que aspiraba a ser congregación religiosa reconocida por la Santa Sede.

De hecho, según ha podido confirmar LA RAZÓN, la líder de esta plataforma investigada por supuestos abusos de poder y de conciencia, estuvo este miércoles 30 de julio en el monasterio de San José, una de las sedes de referencia del grupo, que se encuentra en la localidad madrileña de Los Molinos. Se trata de un desafío en toda regla del decreto de la Archidiócesis de Madrid que le instaba a no residir en ninguna de las casas que la asociación tiene abiertas. Es decir, lo más parecido a una orden de alejamiento en términos de la justicia civil.

Marimí habría estado al frente de una celebración clave para la entidad: la fiesta de su fundador, que falleció hace 21 años. Se trata de Antonio Mansilla Casas, un jesuita que llegó a ser expulsado de la Compañía de Jesús y sobre el que en su momento ya se tomaron medidas severas para que no pudiera ejercer el sacerdocio en público debido a la gravedad de su comportamiento. «Está claro que el problema viene de raíz, que no se puede defender que se considere como Iglesia a un grupo como las HAM en el que se detecta -ahora que se lleva a cabo una mirada retrospectiva- que desde el inicio hay comportamientos más que sospechosos, por lo que no existe la base fundamental de toda congregación que es un carisma inspirado por el Espíritu Santo, sino manipulación», expone un teólogo que conoce de cerca esta realidad y que llega a calificar de «narcisismo» la trayectoria vital de Mansilla.

La hoy ex superiora general fue la alumna más aventajada del fundador y desde su fallecimiento ha estado al frente de las HAM con una autoridad incuestionable, por encima del llamado grupo de las once, como se denomina a las «pseudo» monjas que permanecen desde el origen de la asociación que fue aprobada como tal en noviembre de 2007 por el entonces cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

De hecho, en el entorno de las HAM, a Marimí se la considera prácticamente como confundadora de una plataforma en plena expansión que contaría ya con cerca de un centenar de consagradas, además de cerca de cuarenta religiosos, algunos ordenados sacerdotes, así como un grupo más que significativo de laicos y familias.

Así pues, la participación de Pérez Caballero en esta conmemoración no se trataría del único desafío lanzado a la autoridad eclesiástica. Este periódico ha podido confirmar, gracias al testimonio de algunas víctimas, que también tendrían planeado otro tipo de acciones para dar esquinazo a las medidas adoptadas por el cardenal Cobo y a la comisaria extraordinaria, la religiosa Pilar Arroyo, que hoy por hoy tiene plena autoridad sobre la asociación.

¿Volver a casa?

En el decreto emitido por la Iglesia se prohíbe a las HAM admitir nuevas vocaciones, se pide frenar en los procesos formativos de postulantes y novicias de primer año. De esta manera, las jóvenes recién llegadas, tendrían que volver de forma obligatoria a sus familias. Si esto se cumpliera tal y como lo solicita el Arzobispado de Madrid, se alejarían del sistema de control que ejercen desde el equipo de directores y directoras espirituales del grupo. «Ya está buscando casas de laicos y familias que se consideran fieles a Marimí con tal de que no vuelvan con sus padres. La estrategia se centraría en crear pequeñas comunidades en esas casas, establecer un noviciado secreto para continuar formándose al estilo HAM, para, más adelante, reagruparse cuando pase este primer año de intervención», exponen quienes conocen cómo se están moviendo en estas últimas horas las Hijas del Amor Misericordioso.

En paralelo, de puertas para adentro el relato que la propia Marimí junto a su entorno más cercano están utilizando, es el habitual en este tipo de casos. Todas las medidas adoptadas por el Arzobispado de Madrid sería una «campaña del demonio» y quienes pertenecen al movimiento se presentan como «mártires de una persecución» que tiene sentido soportar «como padeció Cristo en la cruz». De alguna manera, se cumpliría la profecía del fundador de la que algunos de los miembros de la HAM echan mano para justificar lo que están viviendo: «El padre Mansilla pidió persecuciones para nosotros».