El ilustrador «total», en Madrid

Una retrospectiva que es un paseo por la vida de uno de los artistas más influyentes de los Estados Unidos más innovadores. Una trayectoria vital, convulsa y rica, que ha fructificado en otros creadores y en la manera de hacer periodismo. De explicar lo que acontece y de representarlo. Saul Steinberg, de origen rumano, aunque afincado en Nueva York, ha destacado como uno de los genios del arte de posguerra. Distintos géneros artísticos y literarios conviven en su obra que es también una viva representación de su vida personal, época y destino. De su condición de judío errante y de viajero incansable.

El artista, y esta fue su gran relevancia, adquirió renombre principalmente por sus ingeniosos dibujos y viñetas publicados en la ilustre revista «The New Yorker», emblema de la modernidad americana. La colaboración con esta gran periódico durante casi seis décadas permitió que Steinberg penetrara en los hogares norteamericanos y enfrentarse los paradigmas de la sociedad americana de la época. La figura del pintor no se circunscribe, con todo, de ninguna manera, a su propia autodefinición de «un escritor que dibuja», sino que trasciende más allá. Dejando a un lado sus míticos trabajos gráficos, Steinberg exploró varias formas de expresión como la pintura, collage, fotomontajes...

Esta exposición muestra la multifacética obra artística del maestro durante su trayectoria profesional. Rica y variada. El que la visite podrá admirar que alberga cerca de 400 piezas que provienen de una amalgama de colecciones tanto privadas como públicas de Europa y América. De hecho, la donación de parte de los fondos por la Saul Steinberg Foundation de Nueva York enriquece de manera significativa esta exposición.

Como apuntó el propio artista, «la gente que ve un dibujo en 'The New Yorker' piensa automáticamente que es chistoso porque es una caricatura. Si lo ve en un museo, piensa que es artístico; y si lo encuentra en una galleta de la suerte, piensa que es una predicción». Pura realidad.