Polémica

El lema de los jóvenes de Más Madrid por la vivienda: "Queremos una casa para poder follar"

La campaña pretende reivindicar la falta de intimidad que experimentan las nuevas generaciones por vivir en casa de sus padres

Cartel de los jóvenes de Más Madrid: "Queremos casa para poder follar"
Cartel de los jóvenes de Más Madrid: "Queremos casa para poder follar"Redes socialesRedes sociales

Los jóvenes de Más Madrid convocaban para este pasado miércoles, día de San Valentín, a través de sus redes sociales, a una concentración en Madrid, específicamente en el barrio de Chueca. El propósito: abordar los desafíos que enfrentan los jóvenes en cuanto al acceso a la vivienda. Una problemática que ha sido tema recurrente en el debate político debido al retraso en la edad de emancipación y que reivindicaron utilizando el lema "Queremos una casa para poder follar".

En un tuit publicado en la cuenta oficial de Más Madrid Joven, escribían: "¿Sin plan para esta tarde? ¡Vente a la plaza Raffaella Carrá! ¿Cómo vamos a formar un proyecto de vida si tenemos que pedir permiso para follar hasta los 30 años?". Además del mencionado lema, el cartel incluye palabras en referencia a sonidos asociados a las relaciones sexuales, como "síiiiii", "mmmm", "ahhhh" o "ufff".

Durante la convocatoria de ayer, se llevó a cabo una mesa informativa, donde se realizó una 'performance', escenificando momentos que ilustraban los problemas que enfrentan las nuevas generaciones en cuanto a la intimidad y las relaciones personales por la falta de vivienda propia.

Lo que pretendía ser una campaña de concienciación, ha captado la atención pública en gran parte debido al tono escogido. Los jóvenes del PP respondían al cartel subrayando la responsabilidad del Gobierno, "del que formáis parte", para abordar esta problemática y añadían: "Y de paso, dejad de degradar el nivel de la política".

Beatriz Borrás, portavoz de los jóvenes de Más Madrid y diputada en la Asamblea, explicaba para ABC que el objetivo de esta campaña es resaltar la necesidad de una política de vivienda más inclusiva, haciendo hincapié en la falta de intimidad que experimentan muchos jóvenes en Madrid, quienes se ven obligados a vivir con sus padres hasta los 30 años.