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Semana Santa

“En nuestra Hermandad ya no hay barreras de género”

Hablamos con Mercedes Herranz, la primera mujer Hermana Mayor de la Hermandad de La Macarena de Madrid en sus 85 años de historia

La Esperanza Macarena de riguroso luto Gonzalo Pérez Mata PHOTOGRAPHERS

“La Iglesia es madre, y ¿quién mejor que una mujer para representar ese espíritu? En nuestra hermandad ya no hay barreras de género. Todos trabajamos codo con codo, aportando lo mejor de cada uno”. Entre las cofradías que desfilan por las calles de la capital, destaca la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena. Fundada en 1940 por devotos sevillanos residentes en Madrid, esta hermandad ha sido testigo de numerosos momentos históricos, como la elección de Mercedes Herraez como la primera mujer Hermana Mayor en sus 85 años de historia.

La Hermandad del Gran Poder y la Esperanza Macarena de Madrid nació del deseo de un grupo de sevillanos de mantener viva su devoción en la capital española. Inspirados por las hermandades homónimas de Sevilla, establecieron una cofradía que, desde sus inicios, ha buscado replicar la solemnidad y el fervor de la Semana Santa andaluza en Madrid. La primera estación de penitencia se realizó en 1946, y en 1948 se incorporó la imagen de la Esperanza Macarena, consolidando así la identidad de la hermandad.

Hermandad de la Macarena @Gonzalo Perez MataGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

A lo largo de las décadas, la hermandad ha mantenido una presencia constante en la Semana Santa madrileña, realizando su estación de penitencia por el Madrid de los Austrias cada Jueves Santo. Las imágenes titulares, obras de los escultores José R. Fernández-Andes (1942) y Antonio Eslava Rubio (1958), son veneradas por miles de fieles que acuden a contemplarlas durante las procesiones.

Mercedes Herraez, que cuenta con seis años en la hermandad, ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia y de su comunidad cofrade. Su compromiso y liderazgo la llevaron a ser elegida Hermana Mayor en 2024. En palabras de Mercedes: “A nivel personal, es un honor y una responsabilidad ser la Hermana Mayor de esta hermandad. Cada día aprendo un poco más con el testimonio de las personas que se acercan a nuestro Padre y nuestra Madre. Me llegan sus inquietudes, su devoción, su fe, y todo ello me da fuerzas para pensar que somos unos privilegiados”. Así, su elección marca un antes y un después en la historia de la hermandad, rompiendo barreras y abriendo camino para futuras generaciones de mujeres cofrades.

La mujer en las hermandades

La presencia de mujeres en cargos de responsabilidad dentro de las hermandades ha sido, históricamente, limitada. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambio significativo en este ámbito. La elección de Mercedes como Hermana Mayor es un reflejo de esta evolución hacia la igualdad de género en las instituciones religiosas, y por ello destaca la importancia de este avance como “un camino hacia la igualdad”. “La mujer tiene un papel muy importante. La Iglesia es madre, y ¿quién mejor que una mujer para participar, sea cual sea su posición en la Iglesia? En nuestra Junta de Gobierno, la mujer ostenta cargos muy importantes. Como verás, en nuestra Junta de Gobierno hay mucha figura femenina, con lo cual no hay barreras que romper”. Este cambio, opina Mercedes, no solo beneficia a las mujeres, sino que enriquece a toda la comunidad cofrade, aportando nuevas perspectivas y fortaleciendo el tejido social de las hermandades.

Por otro lado, destaca que la Semana Santa en Madrid ha experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas, consolidándose como una de las celebraciones religiosas más importantes de la ciudad. Las procesiones, que recorren lugares emblemáticos como la Puerta del Sol y la Plaza Mayor, atraen a miles de fieles y turistas cada año. La Hermandad del Gran Poder y la Esperanza Macarena desempeña un papel central en estas celebraciones. Su estación de penitencia, que tiene lugar cada Jueves Santo, es uno de los momentos más esperados de la Semana Santa madrileña, así como la procesión, que parte de la Real Colegiata de San Isidro y recorre las calles del centro histórico. “Hay mucho trabajo durante todo el año, mucho tiempo que inviertes y quitas a la familia, a tu tiempo, a tu vida, pero todo merece la pena cuando ves la cara de los fieles y los hermanos cuando miran a nuestro Padre Jesús del Gran Poder y a nuestra Madre la Virgen de la Esperanza”.

La elección de Mercedes como Hermana Mayor sienta un precedente para las futuras generaciones de mujeres cofrades. “Para mí, los jóvenes son el futuro. Dentro de las hermandades existe mucha participación de los jóvenes. Dentro de la Iglesia son activos, recurrentes y trabajadores, y yo les diría que sigan trabajando duro en su vida y en las hermandades”. Igualmente, menciona que “cada día aprendo un poco más con el testimonio de las personas que se acercan a nuestro Padre y nuestra Madre. Me llegan sus inquietudes, su devoción, su fe, y todo ello me da fuerzas para pensar que somos unos privilegiados”.

La Hermana Mayor insiste en que la vida cofrade no se limita a los días de procesión. Durante todo el año, la hermandad se implica en múltiples tareas: limpieza de enseres, preparación de cera, organización de cultos, formación cristiana, visitas a enfermos, obras de caridad, etc. “Cuando ves la cara de los fieles mirando a nuestro Padre Jesús del Gran Poder y a nuestra Madre la Virgen de la Esperanza, todo el esfuerzo merece la pena”. Uno de los actos litúrgicos que señala como especialmente emotivo para ella es el traslado de la Virgen de la Esperanza a su paso de salida, llevado a andas por su cuadrilla de costaleros, acompañada por la música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey n.º 1.

La misión de esta hermandad, recuerda Mercedes, no se limita a lo estético o ceremonial. Evangelizar, dar testimonio de fe, es el verdadero propósito para ellos: “No queremos que se pierda nuestra tradición. Es importante que los jóvenes vivan la Semana Santa aquí, que se queden en Madrid y sigan el ejemplo que nosotros recibimos de niños”. Por su parte, ella asegura trabajar por lo que cree, pues le gustaría ser recordada “como una persona cercana al hermano, humilde y accesible a cualquiera que me necesite”.