Gastronomía
Una nueva dimensión de la pasta fresca en Gran Vía
Beata Pasta abre sucursal en la avenida madrileña. Un universo donde se unen la gastronomía italiana y la imaginación
No sé si ustedes han visto la película «Interestelar», en la que el guapérrimo Matthew McConaughey –sí, si un hombre es guapo se dice– se queda atrapado en las multidimensiones del espacio-tiempo de su propia vida; un laberinto de emociones simultáneas donde durante años su propia existencia toma otra forma todo por salvar el mundo y conectar con su familia. Pues algo así, aunque notablemente menos lioso y ni que decir que más sabroso, es el nuevo Beata Pasta Gran Vía. En este caso, es más fácil viajar por el espacio, y, sí, nos quedamos atrapados, pero por el irresistible sabor de la pasta fresca más auténtica. Pero es que si queremos seguir rizando el rizo, el concepto de la famiglia de «El Padrino» también está aquí presente de manera sublime. Beata Pasta Gran Vía es el nuevo fratello de la marca y, como en toda casa, cada uno tiene su propio lugar: comparte el ADN de Baldoria Group –grupo de restauración liderado por el empresario napolitano Ciro Cristiano que engloba las marcas Beata Pasta y Baldoria–, pero tiene un carácter propio, que lleva al comensal a vivir una experiencia culinaria y sensorial totalmente diferente a la de los otros dos locales.
No hace falta llegar al extremo de rompernos la camisa, pero sí que tenemos que correr como si no hubiera un mañana hasta Gran Vía, 22, al más puro estilo de «Montoya, por favor» para conocer este nuevo restaurante con un sello indiscutible de creatividad e imaginación. En este nuevo local de Beata Pasta queda patente que la revolución de la pasta fresca ha traspasado los límites de la capital para llegar hasta el espacio exterior. Ubicado en la arteria madrileña por excelencia, Beata Pasta Gran Vía es un nuevo universo donde la gastronomía italiana y la imaginación se unen como nunca. Es el tercer local de la marca bajo una atmósfera sin igual: una galaxia, donde la Luna, las estrellas y la exploración espacial conforman un viaje culinario inolvidable por el cosmos más disfrutón, sabroso y suculento. La revolución de la pasta fresca se materializa en el templo más espacial y especial de Beata Pasta; una expedición gastronómica propia de astronautas, pero con los pies más en la tierra que nunca.
Su propuesta gastronómica es casera, de calidad y hecha al momento con una base de cocina tradicional, pero con un toque fresco y joven y donde la despensa le otorga ese carácter auténtico y único de esta tierra. Además, Beata Pasta Gran Vía también cede protagonismo en su cocina al producto de temporada, por lo que cuenta con una carta viva, vinculada a la estacionalidad y hecha por completo en casa –salvo el pan, de Panadariø–.
Su gran novedad es la pizza al padellino, especialmente pensada para compartir, con una fermentación de la masa de 72 horas y una doble cocción que asegura su carácter crujiente, nada que ver con la napolitana. Presentada ya cortada y lista para disfrutar, cuenta con especialidades como la «Beata Margherita» o la «tartufada». Además hay antipasti divertidos , como la «Crunchy Nduja»–raviolis fritos rellenos de ricotta y Nduja, salsa de yogur griego, cebolla de Tropea y un toque de miel–, el «Pastrami Tonnato» –pastrami ahumado y cocinado a baja temperatura con salsa tonnata, flores de alcaparras y salsa verde– o la ensalada «Omega 3» –con productos de la huerta de Aranjuez–, que se suman a clásicos como la croqueta «Cacio & tartufo», la «Burrata Putanesca» o «La vita è (Straccia) bella». Por encima, la pasta es la estrella de la carta, que se elabora a diario en el obrador, incluso sin gluten. Entre las nuevas recetas, «Pacchero alla Vittorio», «Gambas y samba», o «Candy me», originales caramelos de pasta rellenos de burrata, salsa de tomates cherry, crema de Pecorino Romano, tomate confit y albahaca. Mucho lío sí está asegurado en un recital de Italia eterna ligera en Gran Vía.