Florida con Arte: el gran éxito del flamenco en Madrid

En una tarde brumosa de domingo llegaban con la sonrisa en la boca decenas de aficionados al flamenco a pasar una de las veladas más inolvidables que se recuerdan en la historia de la capital. El Florida Park abría sus puertas con la esperanza puesta en vivir una noche flamenca en una de las Navidades más esperadas.

Retumbó por todo el Retiro la voz inolvidable de Estrella Morente dejando boquiabiertos a propios y extraños. Decenas de artistas cuya suma de soleás, alegrías, seguirillas, bulerías y fandangos se alternaron y fueron la delicia de un público entregado. Un elenco de grandes cantaores que llenaron de flamenco las noches de Madrid como hacía tiempo que no se veía. La Mary de Chambao, Antonio Carmona, Kiki Morente, hermano de Estrella, un maravilloso Enrique Heredia –El Negri-, sus hermanas las negris, Uña y Carne, Moncho Chavea y tantos otros que llenaron las horas de un recuerdo inolvidable.

La voz modulada y suave de la presentadora, la conocida actriz Yolanda Font, que lucía un hermoso quinto mes de embarazo (desde luego la niña nacerá flamenca), dirigió la gala con elegancia, refinado gusto y evidente gracia. A la Font la veremos próximamente en la gran pantalla con «Mi adorado monster» de Víctor Matellano, junto a Álex de la Iglesia y Santiago Segura. Precisamente Yolanda Font llegó para presentar el festival sólo unas horas después de participar en el rodaje de «La piel del tambor», película basada en la novela de Arturo Pérez Reverte producida por Enrique Cerezo. Musa del diseñador internacional, Santiago Bandrés es protagonista de su nueva marca Ban Dress.

«Florida con arte» es una iniciativa de primer orden en un Madrid donde parecía desangrarse el flamenco. La clausura del Café de Chinitas y de Casa Patas, junto con el cierre de lugares como el Tablao Villa Rosa, con 110 años de historia, habían sucumbido como templos del noble arte español enterrado por el coronavirus. Florida con Arte viene a darle un impresionante empujón a la cultura española que parecía agonizar sin que nadie hiciera nada por ella.

Iniciativas como ésta ponen en su lugar al flamenco. Con un público cuidadoso que respetó en todo momento las medidas de seguridad, la distancia reglamentaria y la mascarilla cuando resultaba necesario. La salida fue un hervidero de gente esperando la marcha de sus ídolos. Los presentes no olvidarán nunca la noche más flamenca de la capital.