Opinión

Tamames y Chanel

Cualquier cosa que diga Don Ramón va a ser el discurso de mayor calidad que habremos visto en el hemiciclo

Ramón Tamames
Ramón TamamesRTVERTVE

Espero la moción de censura de Vox, con Tamames en calidad de candidato y vedette, como espero las galas de los Goya o Eurovisión: lista para verlo en la tele, escucharlo en la radio y comentarlo en redes. Todo a la vez. He invitado a amigos a venir a casa a verlo juntos, tengo la nevera a reventar de cervezas y pediremos pizza. Yo voy con Tamames como iba con Chanel: sabiendo que no va a ganar aunque lo haga mucho mejor que el resto y dispuesta a disfrutar del espectáculo. Porque de lo que estoy segura es de que cualquier cosa que diga Don Ramón va a ser el discurso de mayor calidad que habremos visto en el hemiciclo desde que fue tomado, no al asalto sino por pacto, por los ninis de morado.

Ya solo eso me compensa la vergüenza ajena, un sentimiento que manejo reguleras, que ya preveo ante la intervención de Yolanda Díaz. Y es que puedo perdonar cualquier cosa (una deslealtad, un improperio, un pequeño homicidio incluso) pero no puedo con la cursilería. Y, si algo es la Díaz, es cursi. Tampoco creo que lo pase muy bien con el tono pretendidamente sosegado que vaticino en boca de Sánchez. Sánchez el valiente, le podríamos llamar. Que, como es el que manda, se ha pedido hablar antes y que replique Yolanda. Yo le entiendo: él es bueno en lo que controla porque puede ensayar delante del espejo los gestos con los que el resto de humanos muestran emociones. Pero si tiene que improvisar se le pone la mirada de psicópata, la sonrisa helada y se le tensa la mandíbula. Y claro, o sacas a Franco o a narcotraficantes en barca.

Mejor tenerlo escrito y ensayado. Tengo ganas de moción como en su momento tenía ganas de Titanic: porque sabiendo el final puede uno disfrutar el espectáculo sin nervios.