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Un viaje hacia los cuentos de hadas que empezó con Enid Blyton

La novel autora Lola Navajas ha debutado con un cuento infantil y tiene casi lista una segunda obra para niños. Piensa abordar otros campos en el futuro

Lola Navajas, en la Librería Lobo Flaco de Getafe
Lola Navajas, en la Librería Lobo Flaco de GetafeLA RAZÓN

Lola Navajas, madrileña con hondas raíces cordobesas en Castro del Río, se estrenó el pasado verano como autora literaria con una obra infantil que surgió casi de casualidad y que le ha supuesto grandes satisfacciones en su puesta de largo, pero también en la acogida. Un contacto con el público que recientemente vivió con los principales destinatarios de «El indio y las hadas» (Apuleyo Ediciones): los niños con los que pudo interactuar en la Librería Lobo Flaco de Getafe, una presentación que ha tenido parada además en el madrileño barrio de La Elipa. El día 17 estará en la Biblioteca Municipal de Ávila. Y piensa seguir dando a conocer esta fábula que discurre entre verdes prados y riachuelos, hombres, mujeres y seres fantásticos protectores de la naturaleza.

¿Cómo comenzó tu interés por la literatura?

Empezó a muy temprana edad. Recuerdo mis primeros libros, que eran regalos de una buena amiga ya fallecida, Belén. Enid Blyton y su «club de los siete secretos» fueron fundamentales para mí. Luego vino «Ana, aprendiz de periodista», de Annamaria Ferretti, y ahí me enganché. Me escapaba de este mundo, vivía aventuras sin moverme de casa con unos títulos clásicos, que aún permanecen en las librerías.

¿En qué momento decides lanzarte a la escritura y por qué?

Me daba cuenta de que leyendo me abstraía de todo lo que no me gustaba en mi realidad y me transportaba a mundos nuevos. Era algo maravilloso, y además aprendía muchísimo. Todavía era muy pequeña, tendría 8 años o así, y después me di cuenta de que me gustaba escribir. Porque yo era una persona que pasaba de cero a cien en un momento. A nivel emocional tuve algún suceso en mi infancia; era una niña muy frágil y aislarme a través de la escritura suponía un encuentro conmigo misma, se me abría una puerta a otra dimensión.

Lola Navajas, durante un paseo reciente por el parque de la Fuente del Berro, uno de sus rincones favoritos de Madrid
Lola Navajas, durante un paseo reciente por el parque de la Fuente del Berro, uno de sus rincones favoritos de MadridElia Bartolomé

¿Cómo surge «El indio y las hadas» y qué sensaciones te está procurando?

Decido publicar en enero del año pasado, aunque en mayo de 2023 hice un taller de escritura creativa con Alfred Bristol, coautor e ilustrador de cuentos infantiles, y de ahí salió mi historia. Compañeros como Encarna Sotillo me animaron, me dijeron que era un relato vivo, fresco, y que bien podía publicarlo. Que me atreviera a hacerlo. Sin darme cuenta me vi hablando con editoriales y al final fue Apuleyo la que se encargó de todo el proceso. Este cuento infantil vio la luz en junio de 2024 y desde entonces he hecho presentaciones en Navalperal de Pinares y Las Navas del Marqués (Ávila); Getafe (Madrid) y Castro del Río (Córdoba). Conociendo un mundo nuevo, de una forma humilde, muy contenta de compartir mis emociones a través de la escritura y el contacto con los niños.

¿Cuál ha sido el proceso de escritura y documentación?

Por curioso que parezca, esta primera historia nació después de una meditación y, posteriormente, me he documentado acerca del origen de las hadas en la literatura clásica –Ovidio, Homero...– y en diferentes culturas del mundo, como la celta o la hindú, que hace miles de años hablaban de estos seres elementales. En el germen ha tenido muchísimo que ver además mi formación en psicodanza integrativa, una disciplina impartida en Barcelona por la doctora Ercilia Orellana junto a su sobrino Sebastián, que he cursado durante dos años.

Has empezado con un género concreto, ¿esperas abrirte a una literatura más adulta?

Sí, pero en este momento tengo escrito otro cuento infantil que tiene que ver con culturas madre como la egipcia, un chispazo que surgió este verano de forma sorprendente y del tirón, aunque está por pulir y todavía tengo que dejar recorrido al primero. En mi mente y mi corazón está que los siguientes pasos van a ser hablar sobre la transformación que supone la muerte, tanto en la persona que parte de este mundo como en los seres más allegados y queridos que viven de una manera profunda la pérdida. Me estoy inspirando en la cosmogonía méxicana, estoy haciendo investigaciones sobre ello y también sobre cómo afrontaban en culturas mediterráneas como la romana un hecho tan trascendental. Y cómo las religiones abordan este asunto. De una manera natural y sin tabúes, pero con mucho respeto.

Pasión por la Fuente del Berro y La Elipa

«Mi sitio favorito es el parque de la Fuente del Berro, donde camino con mucha paz y además me he encontrado con todo tipo de gente conocida», cuenta Lola sobre sus rincones especiales de Madrid. «Allí hay un Ginkgo Biloba que creo es el más antiguo de la ciudad, me encantan sus árboles centenarios y también su centro municipal, donde he practicado el taichí». Afirma que «también» le gusta «caminar por la cercana zona de Goya y la explanada donde se encuentra la estatua de Gaudí». Una de sus «aficiones perdidas es ir al Rastro o a lugares emblemáticos del flamenco, como Casa Patas, pero no he descuidado el Retiro». Y tiene «especial cariño» hacia el barrio de su vida, el emblemático y popular La Elipa.