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Medio Ambiente

Un proyecto de reciclaje tecnológico ofrece recompensas por ser sostenible

TheCircularLab, el primer centro de innovación abierta en economía circular de Europa, está en Logroño y ha diseñado una iniciativa que conciencia a la ciudadanía a través del móvil

180.000 habitantes ya pueden recibir premios por depositar sus residuos en los contenedores amarillos
180.000 habitantes ya pueden recibir premios por depositar sus residuos en los contenedores amarillosCristina BejaranoLa Razón

Depositar las latas y botellas vacías en el contenedor amarillo. Se trata de un pequeño gesto que provoca una gran satisfacción personal, pero, ¿y si también tuviera premio? ¿Y si pudieras recibir una mochila solar o un patinete eléctrico como recompensa? Así funciona el piloto deReciclos, el proyecto de reciclaje tecnológico que conecta al ciudadano con el contenedor a través del móvil.

Se trata de una iniciativa impulsada por Ecoembes, la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España. El desarrollo de esta herramienta se ha llevado a cabo en TheCircularLab, un centro de innovación que, aunque tiene la estética de una oficina de Google, está situado en Logroño. Por fuera, ya destaca. Enclavado en lo alto de una colina verde, el edificio está construido en buena parte con materiales reciclables. Su interior huele a madera, las estanterías son de cartón y la moqueta está confeccionada con telas orgánicas. Sentados en una de las mesas de trabajo hay varios jóvenes: entre ellos, una segoviana especializada en relaciones públicas y organización de eventos; un politólogo nacido en Barcelona o Javier, que es antropólogo. También hay una ingeniera de productos y un economista.

Desde 2017, este centro en de innovación abierta congrega a personas emprendedoras de todo el país para desarrollar proyectos que fomenten una economía verde y circular. Hace unas semanas abrieron sus puertas para dar a conocer algunos de estos trabajos, con “Reciclos” como buque insignia. El sistema, en el que han participado “startups” como Blue Room, Liight y RDNest, es sencillo: el primer paso es que el ciudadano entre en la “webapp” y tome una fotografía del envase vacío en la que se vea el código de barras. Automáticamente, suma a su cuenta un “reciclo”, que no es otra cosa que un token o unidad de valor virtual. Los puntos se pueden acumular pero solo es posible disponer de ellos cuando se valida que el envase ha sido depositado en el contenedor correcto, a través de un código QR, y estos son acumulables.

En ese momento el usuario tiene dos opciones: entrar en un sorteo de productos que van desde una cesta de frutas y verduras ecológicas hasta una bicicleta eléctrica; o realizar una donación para proyectos solidarios como Médicos sin Fronteras o proyectos de recogida de juguetes en su barrio, por ejemplo. La recompensa nunca es económica y solo es canjeable por productos relacionados con el cuidado del medioambiente o la sociedad.

Ecoembes arrancó el proyecto piloto en el verano de 2018 en Pla de L’estany, una comarca de Gerona, y posteriormente lo extendió a Sant Boi, Igualada y Granollers, en Barcelona. ¿Los resultados? Ni siquiera el equipo de CircularLab esperaba que fueran tan positivos. Hasta este mes, de los 180.000 habitantes que reúnen en total todos los municipios, 3.980 usuarios se han registrado y han generado en total de 100.106 reciclos, de los cuales se han canjeado 34.415. Cada ciudadano ha logrado 23 reciclos de media durante los tres meses de funcionamiento del sistema.

¿En qué se usan los “reciclos”?

Cada municipio tiene sus propios premios. Por ejemplo, en Sant Boi se pueden destinar los reciclos a Médicos sin Fronteras y en Igualada es posible participar en un sorteo de cosmética ecológica. Un dato interesante es en qué prefirieron invertir sus tokens los usuarios catalanes. El último informe de Ecoembes indica que el 46% de los usuarios invirtieron sus tokens en sorteos individuales. “Al principio, todos quieren que les toque una mochila o un patinete, lo cual es favorable para la implantación de la app, pues los sorteos tienen un poderoso efecto de contagio”, explica Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab. Sin embargo, a las pocas semanas notaron “un cambio en el comportamiento”, advierte, y prosigue: “Con el tiempo, se incrementaron las recompensas más colaborativas en detrimento de los premios que podríamos llamar, más individualistas”.