Aguantar la respiración mejora el sistema inmune

El récord de tiempo sin respirar lo tiene un barcelonés con 24 minutos y tres segundos. Sin llegar a tanto, los ejercicios en los que privamos a nuestro cuerpo de oxígeno durante un tiempo tienen sorprendentes efectos beneficiosos. Se ha visto que la hipoxia (falta de oxígeno) controlada obliga al organismo a reaccionar y estimula el sistema inmunitario, haciéndonos más resistentes a las infecciones. La forma de practicar estos ejercicios tiene su origen en la meditación tummo tibetana y las técnicas de respiración del yoga, también popularizados por el holandés Wim Hof. Para empezar se hiperventila durante 30 respiraciones, inhalando y exhalando la mayor cantidad de aire posible a un ritmo rápido. Inmediatamente después se expulsa el aire de los pulmones y se aguanta la respiración tanto como sea posible. Los niveles de oxígeno y de CO2 en sangre descienden momentáneamente y esto induce al sistema inmunitario a regularse, modulando la respuesta inflamatoria y mejorando la capacidad de responder a una infección.

Estos ejercicios tienen su origen en la meditación tummo tibetana y las técnicas del yoga