Medio Ambiente

Llegan a EE UU los mosquitos «terminator»

El estado de Florida y la empresa Oxitec tienen previsto soltar más de 20 millones de animales modificados genéticamente para esterilizar las poblaciones de mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades como el dengue o el zika. La decisión divide a la población entre los que defienden esta nueva técnica de control de plagas y los que temen los efectos que tendrá en el medio natural

En España contamos con la presencia de otro otro importante vector de transmisión de enfermedades como el dengue o el zika: el mosquito tigre. Se detectó en 2004 en Barcelona y, desde entonces, se ha extendido por toda la costa mediterránea, Baleares, País Vasco, Madrid, Extremadura y Andalucía
En España contamos con la presencia de otro otro importante vector de transmisión de enfermedades como el dengue o el zika: el mosquito tigre. Se detectó en 2004 en Barcelona y, desde entonces, se ha extendido por toda la costa mediterránea, Baleares, País Vasco, Madrid, Extremadura y AndalucíaLa Razón

Hace unos días, la empresa de biotecnología Oxitec, en colaboración con el Distrito de Control de Mosquitos de los Cayos de Florida (FKMCD) comenzaba la primera suelta de mosquitos modificados genéticamente (los vulgarmente llamados transgénicos) en suelo americano. De momento, está previsto liberar 150.000 ejemplares en tres meses en seis ubicaciones de tres áreas diferentes de los cayos de Florida y si las cosas van bien llegar a soltar hasta 20 millones.

Se trata de una prueba piloto masiva con la que se pretende acabar con las altas poblaciones de la especie de mosquito Aedes aegyyti. Según datos que aporta Oxitec en su web estos representan el 4% de la población de mosquitos en estas islas al sur de Florida. Además, el aedes aegypti es responsable de la transmisión de enfermedades como el dengue, el zika o la fiebre de Chikungunya. Es originario de África, aunque ya ha colonizado parte de los Estados Unidos, Argentina y Uruguay. En Europa solo está presente en algunas zonas alrededor del Mar Negro, aunque en 2017 se identificó su presencia también en España, concretamente en Fuerteventura. «Se conocen más de 3.000 especies pero, como nos indica el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) son aproximadamente una docena los más preocupantes. De hecho, los mosquitos son responsables de la muerte de alrededor de 750.000 personas cada año (otras fuentes hablan de un millón al año), debido a las enfermedades que transmiten», explica Lluis Montoliu, genetista genetista y presidente del Comité de Ética del CSIC.

El mosquito transgénico liberado, llamado OX5034, es una segunda generación creada en los laboratorios ingleses de Oxitec. La diferencia es que la primera versión, la OX513A, estaba diseñada para matar a toda la descendencia, mientras que estos nuevos especímenes solo mata a las hembras. ¿Cómo funciona? «El mosquito transgénico macho vive tranquilamente en el laboratorio consumiendo un antibiótico llamado tetraciclina, que mantiene el transgén diseñado previamente apagado. Cuando el mosquito transgénico se suelta en la naturaleza no encuentra tetraciclina como aditivo en su alimentación lo cual acaba colapsando la transcripción de muchos genes. Esto lleva a la muerte del individuo. Es una alternativa al uso de insecticidas que puede dañar a otras poblaciones de animales. Con este tipo de técnica se consiguen los efectos deseados solo en las especies a tratar. La limitación que tiene es que se diluye en el tiempo. Durante una temporada tienes menos mosquitos pero hay que soltar continuamente», explica Montoliu.

La historia de esta prueba piloto es bastante larga. Oxitec lleva más de una década intentando conseguir el visto bueno de la administración americana, que ha pasado varios años pasándose la pelota entre organizaciones sin tomar una decisión definitiva. De hecho, ha pasado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (la FDA) y por la Agencia de Protección Ambiental (EPA). También ha sido arduo encontrar el apoyo social, porque el revuelo ha sido importante. En 2016, los residentes de Key Haven votaron en contra del proyecto en referéndum, mientras «en otras partes de Monroe Country muchos residentes votaban a favor para mantenerlo», se puede leer en medios americanos.

La empresa asegura que con estos mosquitos ya se han realizado pruebas en Brasil, Panamá o las islas Caimán y que solo en Brasil se consiguió una reducción de entre el 85-95% de la población a tratar. «Sobre el experimento realizado en Brasil se publicó en 2019 en Scientific Reports. Tras analizar los mosquitos locales, antes y 6, 12 y 30 meses después de la liberar mosquitos transgénicos, decían haber detectado la transferencia de algunos segmentos del genoma de la especie Aedes aegypti OX513A (que se habían obtenido a partir de variedades locales de México y de Cuba) en individuos de la población local de Aedes aegypti (Jacobina), que serían por lo tanto híbridos entre los individuos transgénicos y la población local de mosquitos. Probablemente motivada por la existencia de estos posibles escapes de algunos individuos de la primera generación de mosquitos transgénicos la empresa Oxitec generó esta segunda generación», apunta Montoliu en su web.

Las medidas tradicionales para controlar estos mosquitos suelen combinar «el tratamiento de las aguas con larvicidas. Esto sucede en las aguas públicas; aquí es la administración la que se encarga de las labores de limpieza en imbornales, etc. La segunda estrategia es la concienciación ciudadana. Una simple maceta o plato con agua puede servir de criadero para especies como el tigre (presente y muy expandido en España y transmisor de las mismas enfermedades), que además tiende a estar en contacto con el humano. Insectos como el tigre encuentran muchas formas de reproducirse. Esto explica que haya progresado tanto en tan poco tiempo en España», dice Jorge Galván, subdirector general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla).

También están surgiendo otras fórmulas. «Las nuevas medidas que se están probando van encaminadas a conseguir que la población sea estéril. Esto se hace de tres formas y solo una supone modificación genética. Una es liberando machos esterilizados en condiciones de laboratorio. A este técnica se la conoce como TIE. Modificando la humedad u otras condiciones durante su desarrollo esos adultos se hacen estériles. Para que funcione esta técnica se tienen que darse algunas condiciones, como que haya baja dispersión natural de la población, un decrecimiento estacional y que sea asumible la cría masiva y la suelta de ejemplares. «Algunos ensayos pilotos se han ejecutado ya en países europeos, como por ejemplo en áreas urbanas de Italia», explica Rubén Bueno, del departamento de Investigación y Desarrollo (I+D) de los Laboratorios Lokímica en su estudio «Nuevas estrategias para el control del mosquito tigre». Otra fórmula para esterilizar las poblaciones que no pasa por la modificación genética (y que se ha testado en campo) consiste en infectar a los mosquitos con la bacteria Wolbachia que actúa sobre los procesos reproductivos tanto de machos como de hembras.