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Medio Ambiente

La revolución «verde» está en camino: de la reforestación a la inversión sostenible

Banco Santander, en su decidida apuesta por liderar la banca responsable y construir un mundo más sostenible, desarrolla planes para la conservación del medio ambiente en todos los países en los que opera

Santander se adhiere al mayor plan de reforestación de España, que plantará más de 60 millones de árboles
Santander se adhiere al mayor plan de reforestación de España, que plantará más de 60 millones de árbolesUeUe

La crisis del coronavirus provocó que el medioambiente experimentara un respiro el año pasado. La naturaleza abrió los pulmones; se redujeron los niveles de contaminación en las grandes ciudades, surgió vegetación en lugares acaparados por la actividad humana y se redujeron las emisiones de dióxido de carbono debido a la disminución de los trayectos en coche, avión o barco. Nos tuvimos que adaptar a un mundo que cada vez cambia más rápido, pero, ahora que nos hemos detenido, toca reflexionar y redefinir nuestros hábitos como sociedad.

La COVID-19 no detuvo el cambio climático. En 2020, las emisiones de gases de efecto invernadero repuntaron hasta niveles de 2019 y la emergencia climática es más acuciante que nunca (los glaciares se funden, los océanos se acidifican, la naturaleza se rebela y las condiciones de vida empeoran con sequías, olas de calor e incendios).

Por todo ello, es imprescindible que empresas, instituciones y sociedad en general combinen esfuerzos para ponerle freno. Y esta mentalidad también debe trasladarse a las finanzas. Invertir en acciones sostenibles se ha convertido en prácticamente un mandamiento en este sentido. Para ello se creó la Net Zero Banking Alliance, una red promovida por Naciones Unidas a la que pueden adherirse bancos de todo el mundo. Para ello deben comprometerse a conseguir el objetivo de cero emisiones netas en 2050 en toda su actividad.

España tiene su representación en este grupo de entidades comprometidas, pues uno de los fundadores de esta alianza fue, de hecho, Banco Santander. La entidad presidida por Ana Botín ha demostrado ser una de las que más apoyo ha brindado a la transición hacia una economía verde. Ya consiguió ser neutra en carbono en 2020 en su propia actividad (mediante el uso de energías renovables, iniciativas de eficiencia y compensación de emisiones restantes) y, para lograr emisiones «netas cero» a 2050, impulsa varias iniciativas.

Una de ellas pasa por financiar multitud de proyectos de energías renovables, lo que convirtió a Banco Santander en líder mundial en inversión de este tipo de energías, según datos de Dealogic a cierre de 2020. Su respaldo a proyectos de energías renovables de nueva creación cuenta una capacidad total instalada de 13.765 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2.

Por otro lado, Banco Santander se ha adherido al mayor plan de reforestación de España, que pretende plantar más de 60 millones de árboles en nuestro país. Se trata del proyecto Motor Verde impulsado por la Fundación Repsol y Grupo Sylvestris, que compensará la emisión de más de 82.000 toneladas de CO2, contribuirá a cuidar la biodiversidad y frenar el cambio climático y, además, generará empleo para 15.000 personas.

El banco también trabaja desde hace un año para frenar la deforestación y promover el desarrollo sostenible en el Amazonas, uno de los principales pulmones del planeta. Asimismo, la entidad participa y desarrolla diferentes iniciativas para la conservación de la biodiversidad en los países en los que opera. En España, por ejemplo, impulsa Santander Natura que, a través de empleados voluntarios y sus familias, se centra en la conservación de bosques, limpieza de playas y riberas de ríos o la colocación de cajas nido para el cuidado y conservación de especies. Este verano, por ejemplo, más de 100 personas acudieron a la playa de Zarautz, la más extensa de la costa vasca, para liberarla de plásticos y otros residuos.

Estas y otras iniciativas concretas forman parte del plan global que marca el camino de Banco Santander para lograr las cero emisiones netas en 2050. La entidad quiere alinear su cartera para cumplir los objetivos de París y el grupo ha anunciado que para 2030 dejarán de prestar servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan del carbón térmico en más de un 10%.

Asimismo, eliminará por completo su exposición a la minería de carbón en todo el mundo. En los próximos meses, además, el banco compartirá los objetivos de descarbonización para otros sectores relevantes, como los de petróleo y gas, transporte, minería y siderometalurgia.

La entidad tiene claro que la banca debe reducir su huella medioambiental. Así, Santander continuará recorriendo este ambicioso y necesario camino en los próximos años. Por ejemplo, a finales de este año eliminará el 100% del plástico innecesario de un solo uso de sus oficinas y edificios corporativos. Para 2025, el 100% de la electricidad que emplea la entidad procederá de fuentes renovables en todos los países en los que opera. Objetivo, este último, que ya se ha alcanzado en un 60% a nivel global y al 100% en España.

Si el color rojo es el distintivo de la imagen corporativa del Grupo Santander, el verde impregna su filosofía y su compromiso con el medioambiente.