Cambio climático

2020-2030: Una década decisiva para el planeta

Este domingo comienza la COP26 de la ONU, la conferencia climática más importante desde los Acuerdos de París. LA RAZÓN ha reunido a cuatro expertos para analizar los retos pendientes

En tan solo dos días comenzará en Glasgow, Reino Unido, la 26 Conferencia de las Partes (COP 26) organizada por las Naciones Unidas y en la que los gobiernos de todo el mundo debatirán sobre las líneas que debe seguir el planeta en materia medioambiental en las próximas tres décadas. Ante semejante desafío, LA RAZÓN organizó el pasado jueves 21 de octubre una mesa redonda telemática con cuatro expertos en materia climática de grandes corporaciones con presencia en España para dibujar cuáles serán los grandes retos de la cita de las Naciones Unidas y qué actuaciones deberán acometer las empresas y administraciones en los próximos años.

El debate fue presentado y moderado por Eva Martínez Rull, periodista especializada en medioambiente de LA RAZÓN, y en él participaron Nuria Rodríguez, directora de Medioambiente y RSC de Naturgy; Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA; Maya Ormazabal, directora de Medioambiente y Derechos Humanos en Telefónica y Pablo Bascones, socio responsable de Sostenibilidad y Cambio climático de PwC.

«Estamos en un momento complejo, donde gobiernos, instituciones y empresas tienen el cambio climático como espina dorsal de sus actuaciones», arrancó Eva Martínez, quien recordó la ardua tarea de introducir tecnologías limpias en el sistema energético. «Se presenta una década decisiva con unos retos complejos en transición energética y con la aparición y desarrollo de combustibles alternativos. Hay que duplicar la introducción de energía renovable en los próximos años», dijo.

La moderadora y los expertos recalcaron la importancia de la COP26, donde se necesitarán acuerdos firmados con consenso para que el mundo avance en la misma dirección. El objetivo de la será mantener el incremento de la temperatura media del globo por debajo de los 2ºC en comparación con el periodo preindustrial, aunque sería deseable que no superase los 1,5ºC, según los expertos de la ONU.

Un reto sin precedentes

«La crisis del cambio climático es un reto sin precedentes, el mayor reto que hemos afrontado como humanidad», destacó Nuria Rodríguez, de Naturgy. «Es un reto cambiante a una velocidad que es difícilmente gestionable. En 2020, logramos por primera vez reducir la emisión de gases de efecto invernadero frente a 1990. Sin embargo, aunque a este descenso ayudó el desarrollo de energías renovables, también se produjo por el parón de actividad durante la pandemia. Con un escenario de inactividad pudimos reducir emisiones en transporte e industria, los dos sectores más emisores en estos momentos. Pero estamos en 2021 y a medida que ha vuelto a arrancar la actividad, las emisiones han vuelto a subir», señaló la experta.

En la misma línea apuntó Maya Ormazabal, de Telefónica: «Vemos que el panel de expertos de las Naciones Unidas elabora cada año informes más alarmantes. Los riesgos climáticos que nos afectan ya están aquí y para aplacarlos habrá que hacer una transformación profunda». La analista citó el último análisis del IPCC, un panel de 274 científicos vinculados a la ONU que actualizó en agosto sus predicciones sobre las consecuencias globales del cambio climático. Estos fenómenos ya son irreversibles en algunos casos y no tienen precedentes en la historia por su agresividad y velocidad a la que ocurren. Los científicos no solo confirmaron, una vez más, el calentamiento de la Tierra, sino que advirtieron de que la emisión de gases también ocasiona fenómenos climáticos extremos como las lluvias torrenciales o las sequías severas, eventos que ocurrirán con mayor frecuencia a medida que avance este siglo. «Tenemos una urgencia en cuanto al poco tiempo que tenemos para actuar», añadió Ormazabal. «Las emisiones siguen subiendo y no estamos siendo capaces de dar la vuelta la modelo lo suficientemente rápido. Además, hay que hacerlo de una manera justa para que nadie se quede atrás».

La COP26 que comienza este domingo está llamada a ser la convención más importante en materia medioambiental desde el año 2015, cuando se firmaron los Acuerdos de París. En la nueva cita, se espera que muchos países se sumen a la larga lista de aquellos que ya se han comprometido a implementar la neutralidad climática en 2050, como Europa y EEUU. «A futuro los compromisos son positivos», destacó en este sentido Pablo Bascones, de PwC, que citó la campaña Race to Zero (Carrera a por el cero) de las Naciones Unidas en la que más de 3.000 empresas y 173 grandes inversores y 633 instituciones educativas se han comprometido a alcanzar también esas emisiones netas cero en 2050. Esto demuestra que el compromiso no ha sido adquirido únicamente por los gobiernos, sino que decenas de grandes personalidades y empresarios están alineados también con los objetivos medioambientales. Sin embargo, añadió Bascones, es necesario que estos acuerdos vayan acompañados de hojas de ruta precisas. «Me resulta necesario aterrizar esto. Tenemos muchas buenas palabras y comprometerse con la neutralidad climática a 30 años es fácil, pero necesitamos planes detallados de reducción de emisiones. Especialmente en sectores como transportes, industrial, residencial, agricultura... Todos tienen mucho que decir porque las emisiones no proceden solo del sector energético», aseguró.

Naturgy es una de las grandes empresas que ha fijado como objetivo las cero emisiones netas en 2050. Como parte de este trabajo, entre 2017 y 2020 redujo un 30% sus emisiones absolutas, aumentó un 32% la potencia instalada de energía renovable y redujo un 27% su consumo de agua y un 81% la producción de residuos.

Conseguir financiación

Los analistas repasaron los principales desafíos a los que se enfrentarán los gobiernos de los países ricos, pero también los que están en vías de desarrollo. Estos últimos acuden a la COP26 con la intención de conseguir financiación de las grandes potencias para llevar a cabo una trasformación de sus urbes, densamente pobladas y con elevados niveles de contaminación por la circulación de vehículos y la mala gestión de los residuos. De hecho, se calcula que para cumplir los objetivos de neutralidad climática, los países desarrollados necesitarán destinar cada año unos 100.000 millones de dólares a acciones concretas para reducir la emisión global de gases contaminantes.

Pero esta cifra es mínima frente al capital global que deberán movilizar gobiernos, empresas e inversores durante las próximas décadas, según Antoni Ballabriga, de BBVA. El experto cifra en entre cinco y siete billones dólares la inversión anual necesaria para lograr la neutralidad climática de aquí a 2050, de los que cuatro billones se destinarán tan solo al sector energético. «Esto supone una enorme oportunidad para el sector financiero porque debemos conseguir que tanto empresas como instituciones cuenten con el capital para hacer esta transición de la mejor manera posible», afirmó. No obstante, hasta que el cambio climático sea frenado y revertido, también existirán riesgos muy importantes para la economía mundial por el coste económico y humano que suponen por ejemplo las catástrofes naturales. «De hecho, vamos a sufrir antes el impacto financiero del cambio climático antes que el propio cambio climático», sentenció Ballabriga. «Porque los mercados anticipan y descuentan las pérdidas futuras».