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Medio Ambiente

Rehabilitación energética, el reto de que los edificios no consuman energía

Casi todas las CC AA están ya preparadas para canalizar los 3.000 millones de euros de ayudas del fondo Next Generation para rehabilitación. En España es necesario multiplicar por 10 la velocidad de reformas en edificios y viviendas en los próximos años

Las ayudas van destinadas a reformas integrales que consigan al menos un 30% de ahorro en el consumo
Las ayudas van destinadas a reformas integrales que consigan al menos un 30% de ahorro en el consumoDREAMSTIMELa Razón

La ola perfecta. Varias circunstancias coinciden para que esta vez sí o sí arranque la ola de rehabilitación energética de los edificios en Europa. Al menos eso es lo que consideran los expertos consultados. Por un lado, la pandemia ha servido para darse cuenta de lo importante de contar con una vivienda confortable para el bienestar. Por otro lado, están los fondos Next Generation que destinan casi un 10% del total de inversión a temas de rehabilitación energética.

Europa es consciente de que conseguir un parque inmobiliario bajo en carbono ayudaría a reducir las emisiones y el consumo energético. Más o menos los edificios representan un 40% del consumo de energía en el viejo continente y suponen un 33% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Además, «respecto a otros sectores como la movilidad, es fácil transformar la edificación porque están mejor estudiadas las medidas. En España hay 25 millones de viviendas entre primera y segunda residencia. Se calcula que hay que rehabilitar 7.100.000 viviendas de aquí a 2050 según la Estrategia Nacional de Rehabilitación», explica Dolores Huertas, directora general del Green Building Council España (GBCe). Todo un reto si se tiene en cuenta que el volumen de rehabilitación actual es de 30.000 viviendas al año y habría que reformar unas 300.000 anuales. Es decir, que hay que multiplicar hasta por diez el volumen de intervenciones.

Hay 7.000 millones previstos para intervenciones en edificios de la administración pública o para invertir en sectores como el turístico. Y de ellos, 4.000 se destinarán exclusivamente a reformas en viviendas. «En realidad se trata de 2.970 millones destinados a rehabilitación, porque otros mil se van a emplear en la construcción de vivienda social para alquiler. El RD 853/21 se estructura en 5 programas de rehabilitación: a nivel barrio; otro a nivel edificio; a nivel vivienda; otro programa sobre el libro de la edificación existente y proyectos integrales de rehabilitación (algo así como el estudio sobre una edificación existente y las propuestas de mejora para identificar la potencialidad de ahorro energético y económico), y las oficinas de rehabilitación», explica Agustín Villar responsable de Financiación de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (Anese).

Entre las características clave de estas ayudas programadas en el RD 853/21 figuran el hecho de que son descentralizadas. Son las CC AA las que lanzan las convocatorias. “Por otro lado, son compatibles con otras ayudas como pueden ser el MOVES III o el RD 477/21 (algunas específicas para instalación de renovables o de movilidad). Además, en algunos casos se contempla el anticipo de dinero antes de la reforma. «Otra novedad es que hay deducciones de IRPF y agilizaciones de procedimientos, por ejemplo, para la aprobación de una rehabilitación integral en una comunidad de vecinos ahora ya solo es necesario una mayoría simple de votos», explica Villar.

Todos estos paquetes hacen que la rehabilitación energética se considere «la inversión más rentable, porque mejora la vida de las personas y sus condiciones de confort en casa, además de reducir el gasto», opina Huertas. Lo cierto es que en mayor o menor medida todas las CC AA empiezan a disponer de fondos y a articular las ayudas. «Hasta el momento se han lanzado cinco convocatorias para proyectos a nivel de barrio. A nivel de viviendas y edificios, ya hay 11 CC AA con convocatorias abiertas. Y hay nueve CC AA que tienen habilitadas las ayudas para estudios sobre edificios existentes», detalla el técnico de Anese.

Parece que está todo preparado para el despegue de la rehabilitación. Sin embargo, el director de Anese, Carlos Ballesteros alerta ante posibles problemas: «Falta pedagogía. El 80% del parque inmobiliario español es ineficiente y está construido incluso antes de que cualquier código de edificación integrara algún criterio de eficiencia energética. Hay que rehabilitar no sólo por el cambio climático, también por la situación geopolítica», considera.

Es decir, que aunque todo parece apuntar en la buen dirección, hay dudas sobre el éxito de los programas, en primera lugar porque falta que los ciudadanos sepan que existen estas ayudas y que comiencen a solicitarlas. «Lo primero de lo que se tiene que hacer el ciudadano es asesorarse correctamente. No vale ir a hablar por separado con un fontanero y un electricista en este caso porque el foco de los fondos next generation es la rehabilitación integral. Por ello es interesante la creación de la figura del asesor energético, que es quien te dirá cuáles son las mejores medidas a aplicar en cada caso particular. Haciendo un repaso rápido: hay CC AA donde aún resta la publicación de la convocatoria (casi la mitad), existente sobre la figura del agente rehabilitador exigencias distintas para ejercer el rol, diferencia en cuantías de ayudas para colectivos vulnerables, anticipos de ayudas para programas a nivel edificio varían», dice Ballesteros.

También hay un reto con la oferta. «Desde 2008, con la caída de la construcción, faltan empresas que sean capaces de realizar estos trabajos. Es uno de los problemas que se prevé: que haya mucha demanda pero que falten empresas especializadas y mano de obra. Otro detalle es ver si los ciudadanos piden ayudas y si seremos capaces de gastar todos estos fondos, Matiza la directora de GBCe. Por un lado, habrá que ver si en otoño de 2026 se ha utilizado el 100% del dinero o hay parte que se devuelve a Europa y qué ocurre cuando ya no haya fondos y se tenga que mantener el volumen de rehabilitaciones para 2050.

Pero, ¿qué pasos hay que seguir para hacer una rehabilitación? Lo primero dicen los consultados es reducir consumos (porque el mejor kWh es aquel que no se usa) y para ello las actuaciones básicas hay que dirigirlas a la envolvente. Mejorar el aislamiento de las fachadas, cambiar las ventanas y luego apostar por sistemas de climatización más eficiente y descarbonizados (calderas más modernas y electrificadas) instalar geotermia o bombas de calor incluso biomasa. «También se puede implantar medidas bioclimáticas como la ventilación cruzada. Solo estas medidas pueden suponer entre un 30 y un 40% de ahorro. A eso habría que añadirle energía renovable», dice Huertas.

«Los sistemas domóticos permiten conocer lo que se gasta antes de nada. Si no sabemos cuánto gastamos no podemos saber cuánto podemos ahorrar. También nos ayudan a optimizar de forma sencilla los consumos, por ejemplo, controlando la luz en función de la presencia de personas en casa. Cambiar la iluminación por LED o incluir renovables y almacenamiento son otras opciones una vez que has hecho todo lo posible por reducir el consumo», detalla Ballesteros.

Cuantías

Las ayudas varían entre un 40 y un 80% en función del ahorro y la eficiencia energética que consigan las intervenciones. Eso sí, para recibirlas, los planes tienen que reducir sí o sí al menos un 30% de la energía total. «Para conseguir ahorros de más del 30% no vale solo con cambiar las calderas. Se buscan rehabilitaciones integrales para que en 2050 la mayoría de los edificios sean de consumo de energía casi nulo», dice la directora del GBCe.

La subvención, además, aumenta según el porcentaje de mejora de eficiencia energética final. Si el ahorro supera el 60%, la ayuda puede cubrir hasta el 80% del gasto. «A nivel rehabilitación de viviendas particulares el máximo de ayuda es de 3.000 euros (aproximadamente un 40 % del coste de proyectos. Esto significa que la reformas van sobre todo enfocadas a la mejora de elementos de la envolvente como ventanas o cerramientos», matiza Villar.

Un plan de contingencia para el gas

La Comisión Europea (CE) ha propuesto esta semana que los países miembros reduzcan voluntariamente un 15% su consumo de gas hasta la próxima primavera para prepararse ante un posible corte del suministro ruso. «Bruselas sugiere adoptar medidas de ahorro sobre todo en la industria, como usar combustibles alternativos o dar incentivos públicos para las empresas que reduzcan su consumo, así como limitar la temperatura en los edificios públicos o hacer campañas de ahorro en los hogares, aunque estos tendrían el suministro garantizado», informa la agencia Efe.