Mesa redonda

Una economía verde para impulsar Guinea Ecuatorial

Una mesa redonda organizada por LA RAZÓN explora los puntos en los que se puede centrar este país de África central, que fue colonia española, para impulsar su desarrollo. Los ponentes destacaron el turismo de viajes natural y no masificado así como la existencia de buenos productos y su tierra fértil

Mesa redonda sobre Guinea Ecuatorial en La Razón
De izquierda a derecha: Terenciano Ondo, Arantxa Bartolomé, Asten Robe y Nuria Obiang, tras el encuentro Alberto R RoldánLa Razón

os paisajes del Parque Nacional de Monte Alén, la ciudad de Batete o el plátano de agricultura ecológica y familiar. Guinea Ecuatorial, el país ubicado en África central, a unos 3.600 kilómetros de Madrid y del tamaño de Galicia, tiene mucho que ofrecer: eso es lo que dejaron claro los ponentes de la mesa redonda «Economía verde: papel de la agricultura, el medio ambiente y el ecoturismo en el despegue de Guinea Ecuatorial», organizada por LA RAZÓN.

El debate, que fue moderado por la periodista y redactora de La Razón Eva M. Rull, contó con la participación de Terenciano Ondo Abaga Nchama, CEO de Afrom Exportaciones, de Arantxa Bartolomé, responsable de Ilende & Partners, de Nuria Obiang, directora de ventas de Rumbo Malabo, y de Asten Roben, manager de Hache Alimentaria.

Pero, ¿cómo convertir los recursos naturales de Guinea Ecuatorial en un motor de desarrollo? Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024 de la ONU, Guinea Ecuatorial se encuentra en el puesto 133 de 193, en el apartado de «desarrollo humano medio». El turismo marcó el inicio de la charla. La agencia Rumbo Malabo, «una agencia familiar pequeña», trata de «guiar a los españoles a volver a Guinea Ecuatorial», como explicó Obiang. Volver porque el país africano fue colonia española hasta 1968. «¿Cómo lo hacemos? Con viajes en los que vuelvan a tener contacto con la población guineana», continúo. Además, insisten en hacer «viajes personalizados». Algo de lo que se han dado cuenta es que «la gente últimamente quiere viajes naturales para ir a zonas vírgenes; es lo más demandado». Respecto a esto, Bartolomé explicó que en los viajes de Rumbo Malabo «se piensa en el detalle, en las rutas», gracias a lo que «se nota ese impacto local que se genera en cada comunidad». Desde Rumbo Malabo explicaron que este tipo de viaje a una zona no tan masificada es lo más solicitado, un turismo ecológico de viajes a playas vírgenes.

Sobre los viajeros españoles al país africano, Obiang considera que «la experiencia es muy bonita porque somos la misma cultura. Un español cuando va a Guinea no nota nada diferente. Está en su tierra: porque hablamos castellano, somos católicos». A lo que Bartolomé añadió: «voy a poder interactuar con la gente porque hablamos el mismo idioma. Es estar en África pero con el valor añadido de sentirte en casa». La eliminación de la barrera idiomática puede abrir horizontes comerciales.

Asten Roben plantea Hache Alimentaria como un viaje: una empresa familiar que surge de la necesidad de disfrutar de la gastronomía propia, en sus viajes Guinea-España. La compañía vende snacks de plátano frito, bebida de jengibre, picante habanero rojo y licor de cacao. Roben explicó que «el sector agrícola en Guinea es de subsistencia. Son muchos pequeños actores con pequeñas porciones de tierra que se trabaja de forma tradicional». A pesar de «no tener grandes recursos técnicos», cuentan con un fuerte potencial: la tierra. «Esa forma de cultura tradicionalmente puede suponer una desventaja, pero a la vez supone un valor añadido: el hilo conductor de la narrativa de seguir produciendo como lo hacían nuestros antepasados y darle el de producto artesanal. Hay que posicionarlo como un producto ecológico, que se trabaje en poder tener alguna certificación o denominación de origen».

Respecto a potenciar certificaciones, Terenciano, cuya empresa se dedica a «contribuir al establecimiento de puentes entre las dos orillas, en el ámbito de la importación y la distribución de bienes y servicios», explicó: «Ya hemos localizado el problema y el qué tenemos que conseguir. Lo que falta es el cómo». Se refirió a que lo importante era «cómo trasformar la agricultura de subsistencia familiar en economía». Habló de las «cooperativas», que «generan ventajas: evitamos migraciones a las ciudades porque la oportunidad la tienes ahí». Por eso, primero hay que crear una cooperativa para aglutinar la oferta».

Después, siguió, «tienes esa estructura basada en el consumo local. Y a través de instituciones estatales buscamos los equivalentes en España. Y conseguimos sentamos y ver qué tiene cada uno». En cuanto a instituciones públicas, Terenciano se refirió a dos ya existentes: el Instituto Nacional de Promoción Agropecuario para Guinea Ecuatorial (INPAGE), que podría «adquirir toda la producción y se encargue de certificar». Este, podría «junto con la Cámara Oficial de Comercio, Agrícola y Forestal de Bioko (Guinea Ecuatorial) llevar a cabo la exportación». En este sentido, según Terenciano, «el riesgo de merma cae sustancialmente». Y puso un ejemplo de «casos dramáticos»: «Las madres van a los mercados locales con 100 o 200 racimos de banana. No consiguen venderlo. Maduran, y lo tienen que tirar o malvender». Aunque: « Me consta que ya se están creando cámaras de conservación de alimentos. Ese es el camino».

Y es que, en palabras de Terenciano, «Si no somos capaces de generar expectativas en esa cooperativa, en ese productor local, en este joven que vive en su pueblo, se va a mudar por una cuestión vital».

Bartolomé apoyó a Roben en la idea de que el suelo fértil es una ventaja. Y opinó: «No se puede competir con otros países en cuanto a cantidad. Ahora bien, en cuanto a calidad, como apuntaba Asten, podría ser un mercado muy interesante». «Si lo vemos de cara a la certificación, es un país que tiene productos de gran valor añadido, como pueden ser el cacao, el plátano, la yuca, la fruta del dragón, el mango…»

Además, expresó que, a su juicio, hay que diferenciar entre agricultura de consumo y agricultura de exportación. Bartolomé comentó que «hay ciertos productos que puede ser interesante que Guinea Ecuatorial importe». Esto es, «que no se dedique a producirlo porque no le va a salir a cuenta». Y añadió: «Pero sí que podría mejorar mucho en la fase de producción final. Al final del día no es lo mismo que te vendan limones a que te vendan limonada. Tenemos un montón de fruta local. Creo sinceramente que habría mucho potencial para la exportación de zumos naturales».

En este sentido, Terenciano Ondo destacó la relación directa entre la agricultura, la pesca y la cultura, y resaltó la importancia de mostrar a los extranjeros cómo se trabaja el producto de una manera más auténtica. En sus palabras, «todos los productos y servicios relacionados con la tierra están directamente vinculados con la cultura».

La rama del turismo de negocios

Para Bartolomé, este tipo de actividad en Guinea Ecuatorial tiene un «potencial turístico». La responsable de Ilende & Partners añadió: «Tiene un bajo impacto en los recursos naturales, porque siempre es un turismo que tiene un propósito, un objetivo; pero aún así te permite disfrutar de los paisajes y la naturaleza». En definitiva, de lo que se trata, en palabras de Bartolomé, es de «que puedas aprovechar esa dualidad del viaje: disfrutar de todo lo que pueda ofrecer Guinea Ecuatorial y que puedas comprobar cuáles son sus recursos y potencialidad a la hora de hacer negocios, que son muchas. Hay mucho por hacer, pero hay mucho potencial de que lo que se haga, si se hace bien, repercuta en un valor económico tanto para el inversor como en el local».