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Medio Ambiente
Fósiles de siete millones de años salen a la luz en la construcción de una autovía
Acciona promueve una exposición con los hallazgos paleontológicos descubiertos durante las obras de la A-33 en Caudete
Si durante una pequeña obra doméstica es más que probable que se surjan ‘sorpresas’ que trastoquen plazos y presupuesto, ¿qué no puede pasar durante la construcción de una carretera?
Aparte de incidencias normales de los trabajos propios para hacer una infraestructura de este tipo, bien puede ocurrir que los movimientos de tierras que suelen llevar aparejados saquen de su involuntario escondite restos arqueológicos o paleontológicos.
Fauna tropical en La Mancha
Es lo que le pasó al equipo de Acciona al comenzar a construir uno de los pilares que soportarían el último puente sobre la autovía A-33 a su paso por Caudete, (Albacete): un yacimiento de fósiles de rinocerontes, hienas, reptiles, roedores, etc. Restos de fauna tropical de hace unos siete millones de años esperaba a 12 metros de profundidad y en plena La Mancha a que alguien los encontrara.
La pista la dieron unos restos blanquecinos y algunos huesos mezclados con la tierra durante la excavación para las cimentaciones de ese pilar. El ojo atento del operario que supervisaba la operación a pie de hoyo, puso en marcha el protocolo elaborado por Acciona para estas situaciones,-en línea con la legislación estatal y autonómica de protección del patrimonio-, que, además de impartir formación e instrucciones de trabajo al personal implicado en este tipo de obras, pasa por parar los trabajos e iniciar una cadena de avisos. Como explica Joan Andreu Gavalda, gerente de Proyectos del Negocio de Construcción de Acciona, «enseguida vimos que aquello era de cierta envergadura y lo notificamos al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana, promotor de la obra».
El hallazgo «fue completamente inesperado y fortuito. En otras zonas de esta misma obra, sí se pensó que se pudieran encontrar restos a proteger. Eran puntos, digamos, ‘calientes’. Pero, justo ahí, no había el más mínimo indicio».
Se trataba de una sensación fundada, basada en un trabajo previo, porque «los proyectos de ejecución de este tipo de infraestructuras son muy claros y definen todo lo que hay que hacer. E incluyen que, antes de comenzar y en toda la zona afectada, arqueólogos y/o paleontólogos autorizados, con medios que pone a su disposición Acciona, realicen prospecciones y catas de detección de posibles restos arqueológicos, que son más superficiales, en todo el área de la obra. Pero, «el pilar requería una cimentación profunda y por eso se llegó tan abajo». Según los resultados de las prospecciones, si se sospecha que puede aparecer algo, se determinan cómo actuar a partir de ese momento.
Patrimonio de la sociedad
En el caso de El Cruce, como se ha denominado al yacimiento, Acciona recurrió a los paleontólogos de la Fundación Cidaris, «un equipo científico maravilloso. Evaluaron el hallazgo y desde el primer momento vieron que era muy relevante. Propusieron una investigación más profunda y, tras ella, se planificó la intervención para extraer los restos encontrados. Además, aunque hay unos condicionantes que son los propios restos encontrados, eran muy conscientes de que había que ir lo más rápido posible para reanudar la obra». Aun así, fue inevitable un retraso de un año más lo que implica modificar toda la logística del proyecto. Desde el punto de vista de la ingeniería, la primera impresión ante semejante sorpresa es «una sensación un poco de incordio. Que surja algo así, cuando ya casi estamos acabando, trastoca toda la planificación inicial». En segunda lectura, aparece la reconciliación «realmente, es una satisfacción encontrar un yacimiento de millones de años. Y en todo el proceso que se sigue, también aprendes un montón de cosas que no sabías. Ha sido muy gratificante colaborar con los paleontólogos». Y en última instancia, lo que queda es otro sentimiento «al final, estamos ante algo que pertenece a la sociedad, es un patrimonio y un bien común que hay que respetar y tiene prioridad absoluta. En eso, igual que con el medio ambiente, en Acciona lo tenemos muy claro». Y ahí están, guardados, custodiados y listos para su estudio científico, más de 6.000 registros fósiles, «incluso hay 100 pedazos de terreno que se han extraído así, en un bloque, por la abundancia de restos que había».
Ahora, los hallazgos de El Cruce forman parte una exposición en el Centro Cultural de Caudete, promovida por Acciona, en la que materiales, fotografías y vídeos muestran cómo fue el trabajo de los paleontólogos con sus cuadernos de campo y herramientas, la recuperación de los fósiles, etc. Y es también una muestra de cómo con los siglos han cambiado el clima, la biodiversidad el paisaje y los ecosistemas de La Mancha. Si levantara la cabeza y viera cómo fue su tierra miles de años antes, ¿qué pensaría Don Quijote?
Destacado: Acciona cuenta con un protocolo de protección de restos arqueológicos y fósiles
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