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La contra
Hasta 81 mujeres asesinadas por activismo ambiental
Un informe afirma que la violencia se concentra en el sur, aunque hay casos en USA y UE
Al menos 81 mujeres han sido asesinadas en el mundo desde la década de 1970 por su activismo ambientalista, incluyendo a la española Gladys del Estal (23 años ), asesinada en el 79, cuando participaba en una protesta antinuclear. Es la cifra global que arroja un estudio basado en datos del Mapa Mundial de Justicia Ambiental, un proyecto internacional dirigido por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La primera autora del trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica Nature Sustainability, es Dalena Tran, investigadora del ICTA. Entre sus conclusiones, se indica que la violencia hacia las mujeres defensoras se concentra en conflictos alrededor de proyectos mineros, agrícolas e industriales en el Sur Global. Sin embargo, también se recogen casos en Estados Unidos y Europa. Además, aunque los casos se remontan atrás en el tiempo, la mayoría de casos registrados se concentra en los últimos 20 años.
Filipinas encabeza la lista mundial de mujeres ambientalistas asesinadas, con 19 casos, como el de Mia Manuelita Mascarinas-Green, parte del Centro de Asistencia Legal Ambiental del país, asesinada a tiros mientras iba en su coches, en 2017, y en presencia de sus tres hijos. Los asesinatos también se concentran en Brasil y Colombia, con siete casos por cada país, entre ellos el de la activista colombiana Rosa Helena Bernal Pinto, lideresa de la Asociación Campesina de Morcote, asesinada en 2012 tras enfrentarse un bloque petrolero.
Una violencia específica
La autora de la investigación resalta que todos los ambientalistas, tanto hombres como mujeres, pueden sufrir violencia por su activismo, incluso ser asesinados, «pero a menudo existen diferencias en la naturaleza y la manifestación de esa violencia». Así, las mujeres activistas se enfrentan también a otras formas de violencia dirigidas a ellas, como las agresiones sexuales o amenazas cuya intención es socavar la participación y el activismo de las mujeres, que ya de por sí tienen complicado alzar la voz, en especial en países del sur y del Mundo Árabe.
«La criminalización, las violencias y el asesinato de ambientalistas, con la complicidad gubernamental, son hechos cada vez más recurrentes en muchas partes del mundo», afirma Susana Borràs Pentinat, profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales e investigadora del Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona, que no participó en el estudio.
Por su parte, Nathalie Butt, investigadora en el Centre for Biodiversity and Conservation Science (Universidad de Queensland, Australia), apunta que «el estudio es un análisis sencillo pero contundente de la mayor desigualdad a la que se enfrentan las mujeres como defensoras del medio ambiente. El género también se cruza con el indigenismo, marginando aún más a las mujeres en los conflictos medioambientales. La instantánea presentada por la autora –utilizando solo unos pocos años como datos– es la punta del iceberg».
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