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Verde

Se dispara la inversión en campo

Desde la pandemia, fondos patrimonialistas y de pensiones aglutinan cada vez más terreno agrícola en España. Una actividad que se ha vuelto un valor seguro para los inversores

Se dispara la inversión en campo
Se dispara la inversión en campo

Durante muchos años se ha considerado a Bill Gates el gran agricultor de los EE UU. Y es cierto que su patrimonio no es baladí. Desde 2013 hasta ahora el magnate de la informática ha acumulado más de 270.000 acres de tierras agrícolas repartidos por 18 estados. Sin embargo, otro inversor americano le supera como terrateniente. John Malone, antiguo consejero delegado de Telecommunications Inc, cuenta con un patrimonio de 2,2 millones de acres de cultivo.

La concentración de suelo no solo sucede, como es tradicional, en EEUU o Australia, también está pasando en Europa y más concretamente en España. Los inversores profesionales y las grandes fortunas se acercan al campo motivados por la y por la creciente inflación inestabilidad financiera. Ven en el suelo una rentabilidad fija y cierta seguridad en el medio plazo. De hecho, ya antes de la pandemia, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) publicaba un informe sobre lo que llaman «uberización del campo», un fenómeno que amenaza la supervivencia, decían entonces, de hasta 345.000 agricultores. «El aterrizaje de los fondos de inversión en el sector amenaza al modelo social y profesional de agricultura y ganadería mayoritario en Europa. Si los oligopolios empresariales se imponen, España camina hacia una agricultura sin agricultores», decía Miguel Padilla, secretario general de COAG, quien, además, alertaba de que si bien en España hay un millón de explotaciones agrarias y el 93,4% son titulares físico y solo el 6,6% empresas,ese 6,6% de las explotaciones obtienen hasta el 42% del valor de la producción. Entre los ejemplos que cita el informe está el del sector lácteo. «En 1988 había registradas 250.000 explotaciones, mientras que en enero de 2019 quedaban 14.776. Sin embargo, la producción de leche ha crecido. En el caso de las frutas y hortalizas, en 2007 había una superficie de 1.462.000 ha con 215.000 titulares, en 2016 había 1.594.000 ha y 172.000 titulares. Es decir, en 10 años mientras el sector había perdido un 20% de activos, la superficie había crecido un 9%», afirma el estudio.

Hablamos de 2019, pero la tendencia ha seguido después. La misma organización insistía durante la celebración dela COP 26 en 2021 sobre este mismo fenómeno que supone decían cada vez menos agricultores y ganaderos familiares y más corporaciones. «Los fondos de inversión y el sector inmobiliario se están interesando en la tierra desde hace unos cinco años. Es muy fácil de ver si se piensa en las integradoras del sector porcino. También hay particulares con grandes patrimonios que quieren diversificar sus inversiones y ven en la tierra un valor seguro. Buscan, sobre todo, fincas grandes y con disponibilidad de agua, como en la zona de Alqueva en Portugal, en la vega del Guadalquivir o del Guadiana. La zona norte desde Madrid con tanto minifundio y tierras de secano, no resulta interesante», afirma José Luis Miguel, director técnico de COAG.

Una de las posibles razones que están detrás de estas compraventas en España de fincas agrícolas, ganaderas y forestales, aparte del atractivo y seguridad de las inversiones, es la falta de re cambio generacional en el campo. Al menos así lo indica el reciente informe «Estructura del Suelo rústico en España», realizado por el portal de anuncios de compraventa y arrendamiento de fincas rústica Cocampo. El estudio afirma que el 41% de los propietarios de tierra superan los 65 años de edad. Una cifra que se entiende del todo cuando se compara con el año anterior, momento en el que los propietarios mayores de 65 años eran solo el 31%. «Es una subida de 10 puntos en un solo año. Esto nos hace pensar que vamos a ver la misma tendencia los próximos 10-15 años. Hay que recordar la importancia del campo en España. El 80% de los municipios españoles se sitúan en zonas rurales y somos la séptima potencia agrícola a nivel mundial y la cuarta exportadora a nivel europeo. Además de lo que aporta al PIB, vemos cómo el sector primario se está convirtiendo en fuente de empleo y está revitalizando CCAA como Andalucía», afirma Regino Coca, fundador y Ceo de Cocampo.

En el informe se puede comprobar que el número de transmisiones ha alcanzado las 437.000 en 2022. «A nivel nacional estos dos años han sido los mejores de los últimos 15. Algunas autonomías han alcanzado máximoshistó ricos como Aragón », matiza Coca.

Otra cuestión interesante que se refleja en el informe tiene que ver con la polaridad; se incrementa el número de fincas de menos de una hectárea en un 44,45%, pero también las de más de 100 en un 7,69%. Detrás de la atomización están las herencias y detrás de la concentración, la mecanización y la rentabilidad de las producciones: «Con las herencias se está fragmentando el campo y eso es negativo en términos de productividad. Por otro lado, y en el lado opuesto, vemos ese crecimiento de los terrenos de más de 100 hectáreas. El campo cada vez es más duro y se obtienen menores rendimientos, por lo que cada vez es más necesaria la economía de escala. Para mecanizar las labores hacen falta inversiones que para los pequeños agricultores a veces son imposibles», matiza Coca.

Razones para invertir en Iberia

El departamento de «Agribusiness» de la compañía americana de capital inmobiliario CBRE desembarcó hace tan solo dos años en Europa tras más de dos décadas de actividad en Australia y EE UU y lo ha hecho, dicen, a petición de sus clientes. Entre las razones que han despertado el interés de sus inversores por la Península: «lo primero es que somos una superpotencia mundial en el sector agrícola, cuartos en exportar productos en la UE y algunos de gran calidad como aceite de oliva, vino, hortalizas, etc. Además, hay disponibilidad de tierras de regadío, aunque con diferencias por CCAA. Mientras en Andalucía rondan el millón de hectáreas, en regiones como La Rioja ronda el medio centenar», explica Héctor Rodríguez, associate director de CBRE Agribusiness España.

Según la firma, hay tres tipos de inversores interesados en el campo español. Por un lado están «los fondos patrimonialistas nacionales y extranjeros. Muchos de ellos estaban metidos en el sector de la agricultura y otros vienen de otros sectores pero quieren apostar por esto, porque lo ven como una oportunidad para diversificarse. Luego, están los fondos de capital riesgo que empezaron a realizar grandes operaciones en 2015. Lo que buscan es hacer crecer el negocio, expandirse para terminar desinvirtiendo a los 10-15 años. Por último, los fondos de pensiones y aseguradores que buscan una rentabilidad fija sin riesgos », matiza el portavoz deCB RE.

En cuanto al tipo de cultivos por los que se muestra interés están el olivo, los frutos secos como la almendra y el pistacho, cítricos, frutas tropicales, viñedos o frutos rojos. Para Elisa Otero, portavoz de Ecologistas en Acción, hay que tener cuidado con la concentración de tierra porque «fomenta el monocultivo, que, en general, es peor para la biodiversidad y demanda muchos recursos como agua y fitosanitarios. Además, provoca impactos sociales, porque tiende a la intensificación, es una forma de cultivar que no genera puestos de trabajo y alimenta la despoblación rural».

Tanto desde Coag como desde Cocampo, creen que la mejor opción para combatir una concentración excesiva de tierra es apostar por las cooperativas y que no pase como en los EE UU, «donde los pequeños y medianos agricultores llevan años diciendo que no pueden competir con las grandes empresas del sector agro. Sin embargo, no podemos olvidar que en España más del 90% de la tierra sigue en manos de particulares. Así que, a pesar de que los grandes fondos de inversión están comprando terreno, no creo que a corto plazo sean los que controlen el campo», concluye el fundador de Cocampo .« La clave es el modelo de agricultura que queremos. Desde Coag creemos que hay que proteger a la agricultura independiente de una excesiva concentración del sector en manos de tres o cuatro grandes empresas », opina el portavoz del sindicato agrario.

Nombres propios

Las operaciones de compraventa en 2022 alcanzaron las 85.502 operaciones, un 4% más que el año anterior. Por CC AA, el primer puesto lo ocupa Andalucía con más de 20.000 propiedades, seguida de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana. Entre las transacciones que han trascendido a la prensa este año figuran la creación de Atitlán Crops para la producción de 2.000 hectáreas de pistacho y almendros en la Península. En junio Citri&Co y la firma internacional PSP Investments formaron una alianza estratégica para adquirir y gestionar tierras por cerca de 150 millones de euros… La familia Moya Yoldi compró al Conde de la Maza el cortijo de Arenales, de 2.700 hectáreas de olivar y dehesa, y Sergio Ramos vendió su finca de 40 hectáreas por cinco millones de euros. Axa, Unilever y Tikehau Capital inversión crearon un fondo de inversión de alcance global para promover la transición hacia la agricultura regenerativa. El fondo contará con 300 millones de euros. También la gestora Climate Asset Management confirmó el primer tramo de un paquete de financiación de 150 millones de dólares para el programa Restore África que pretende restaurar 1,9 millones de hectáreas de suelo en el continente. Por último, la gestora Nuveen adquirió más de 2.000 hectáreas de tierras de cultivo en California y PSP Investments compró 7,2 mil hectáreas de viñedos en Australia de la Casella Family Brands.