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Renovables

¿Estamos a tiempo de acelerar la descarbonización?

Bajo esta pregunta, cuatro expertos han debatido, en una mesa de análisis y diálogo organizada por LA RAZÓN y moderada por Ignacio Rodríguez Burgos, la necesidad de seguir dando pasos hacia las energías limpias y el cuidado del planeta

La necesidad de acelerar la descarbonización se ha vuelto urgente debido al creciente reconocimiento de los impactos negativos del cambio climático en la economía, el medioambiente y la vida diaria de millones de seres humanos. Los fenómenos climáticos extremos (como inundaciones, sequías, tormentas más intensas y el aumento del nivel del mar) han causado daños significativos en comunidades y ecosistemas en todo el mundo. Tanto que, si no se actúa con más contundencia para frenar el calentamiento global, peligra el objetivo fijado en el acuerdo de París de 2015: conseguir que el incremento de la temperatura se quede a finales de siglo por debajo de los 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, por debajo de los 1,5, tal y como recomienda el IPCC.

Bajo el título "Acelerar la descarbonización, ¿estamos a tiempo?", este jueves 11 de mayo LA RAZÓN ha realizado un debate con expertos en la materia para ver cómo se encuentra España en estos momentos respecto a estos objetivos. El acto ha sido moderado por Ignacio Rodríguez Burgos, redactor jefe de Economía de Onda Cero, y ha contado con la presencia de Luis Martí, directo rde Políticas Públicas y Regulación de Acciona; Eloy Sanz, revisor experto del IPCC y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos; María González, Manager de Políticas Públicas y Regulación de Adigital; y Raquel Paule, directora general de la Fundación Renovables.

Cada uno de ellos ha expuesto su punto de vista como defensores de visiones distintas sobre cómo abordar y, sobre todo, cómo solucionar este problema. Durante una hora han debatido alrededor de todos los asuntos que ha puesto sobre la mesa Ignacio Rodríguez Burgos. Así, estos expertos han abordado el compromiso y la necesaria cooperación de los países para alcanzar las emisiones cero antes de 2050, si la aceleración en la instalación de las energías renovables está siendo determinante para las emisiones tanto a nivel nacional como mundial, si es posible generar electricidad sin emitir gases de efecto invernadero a mitad de siglo y si estas energías renovables son eficientes en comparación con las fósiles.

Tecnologías y renovables

A grandes rasgos, todos han estado de acuerdo en que debemos acelerar nuestro paso en el cambio a las energías renovables. Tal y como ha destacado Luis Martí, "los países en vías de desarrollo están entrando en este paradigma, grandes potencias como India o China. E, incluso, otros países que antes eran reacios (como Estados Unidos) ya empiezan a estar en el mismo barco". Además, el director de Políticas Públicas y Regulación de Acciona dio un detalle a futuro, considerando este tema "como algo no solo ecológico, sino un asunto que en un tiempo se convertirá en político o incluso geopolítico, ya que quien gane esta carrera conseguirá mucho más que solo la descarbonización".

Por su parte, Eloy Sanz quiso destacar que la descarbonización no es solo "luchar contra el cambio climático a través de la electrificación, sino que son más cosas, como el mantenimiento de nuestros ecosistemas. Esto no consiste en plantar mil árboles en un sitio que luego se olvidan, no; es cuidar lo que tenemos a través de políticas y, sobre todo, concienciación ciudadana". A ello quiso añadir que, actualmente y poco a poco, "tanto empresas como la ciudadanía se están dando cuenta de la necesidad de revertir esta situación, “gracias” a las olas de calor, sequías y cambios de temperatura que estamos viviendo últimamente".

Desde el punto de vista de la digitalización como medio para potenciar la descarbonización, María González, de Adigital (Asociación Española de la Economía Digital), aseguraba que "la digitalización es una oportunidad para mejorar la sostenibilidad". Para sostener esta visión, aportaba el dato de un estudio realizado por la propia asociación que bajo el título "Digitalización, Sostenibiliad y Centros de Datos" demuestra que, gracias a la digitalización, se evita la emisión de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera. Algo que evidencia, a ojos de Adigital, que "a mayor digitalización, mayor sostenibilidad. Si se relaciona con el índice DESI, "cada vez que un país aumenta un punto en este índice se ahorran 142.000 toneladas". Por eso, aboga por acometer las dos transiciones (digitalización y descarbonización) a la par.

Hablando de tecnologías renovables, Sanz aseguraba que, tal y como constata el IPCC, la energía solar y eólica tienen un potencial de descarbonización "entre dos y tres veces superior a otras fuentes y a un precio mucho más barato". Por eso, se apuesta por la electrificación de todo aquello que sea posible.

Una visión con la que coincidía Raquel Paule, directora general de la Fundación Renovables, para quien todo pasa por la electrificación de toda la energía. Además, ha incidido en la necesidad de "pasar a la acción con unos objetivos disruptivos y ambiciosos", destacando que tan solo tenemos siete años para conseguir los objetivos marcados. Como piedra angular ha puesto la Ley de Cambio Climático, "la cual debe ser transversal y prioritaria para controlar la emergencia climática en la que vivimos". Además, ha querido dejar muy claro que "si consiguiéramos electrificar la movilidad y la calefacción, aumentaríamos nuestra autosuficiencia como sociedad".

El papel de las empresas

Aunque todos coinciden en que la hoja de ruta ya está marcada, hay ciertos sectores que son más reacios al cambio, como el transporte y la industria, "los grandes emisores de gases de efecto invernadero" dada la alta dependencia de las energías fósiles. Para superar esto, desde la Fundación Renovables se apuesta por cambiar la dependencia de la movilidad, apostar por transportes públicos, cambiar los hábitos para impulsar otros medios (como la bicicleta o el ferrocarril) además de prohibir, como Francia, los vuelos de menos de tres horas si, además, hay opciones por tren.

Sin embargo, para el responsable de Acciona, precisamente el carbón es uno de los mejores ejemplos de "cómo si se realiza adecuadamente, la transición se puede hacer sin apenas resistencia". Para ello, apuesta por ir de manera gradual y con un acompañamiento adecuado, alabando la gestión realizada por el Ministerio de Transición Ecológica en apoyo a la gente más afectada por esta revolución. Además, Luis Martí considera que la descarbonización no solo beneficia al medioambiente, sino también a las propias empresas y la economía para mantener la ventaja competitiva. Por eso, incidía en que, pese a que el despliegue solar ha sido (y continuará siendo) muy rápido, se necesita complementarlo con otras renovables "porque el equilibrio es muy importante, así como las soluciones de almacenamiento".

Coincidiendo con el responsable de Acciona, incidía en la necesidad de fomentar los sistemas de almacenamiento "para no canibalizar el sector" y acompañarlo con regulación para que esos nuevos megavatios que se añadan de energía solar (6.000 el año pasado, dato que podría superarse este mismo ejercicio). Pero, tal y como puntualizaba Raquel Paule, "hay que electrificar también la demanda para que esa mayor producción de energía renovable siga siendo necesaria y consumida". Un ejemplo de esto es el vehículo eléctrico, como las que promueven muchas de las aplicaciones digitales que, haciendo uso del dato, están ayudando a esta transición ecológica, según defiende Adigital.

María González defendía la "movilidad como servicio", dejando de tener vehículos en propiedad. "Las tecnologías digitales nos ayudan a conseguir estos objetivos", sentenciaba. Según la experiencia recabada, son las empresas de nuevo las primeras que apuestan por estos modelos de movilidad sostenible. "El reto es demostrar que funciona, que es eficiente y que optimiza para que luego se generen políticas públicas y proyectos de colaboración público privada".

Colaboración entre países

No en vano, si de verdad se quiere lograr que, a final de siglo, el calentamiento se quede por debajo de los 1,5 grados, las emisiones tendrían que ser un 43% menores en 2030 respecto a los niveles de 2019, un 60% en 2035 y un 84% en 2050. Esa meta es complicada teniendo en cuenta que, lejos de reducirse, las emisiones han crecido un 1% en 2022. Por eso, Eloy Sanz aboga por poner metas más próximas en el tiempo y, quizá, más asequibles. "Es más importante saber cómo de rápido nos acercamos al 90% que eliminar ese 10% restante. No me importaría llegar a 2030 con ese 90% de energía renovable".

Estos objetivos son a nivel mundial, por lo que los ponentes también abordaron la necesidad de que exista una mayor colaboración entre países para lograr estos retos. "A veces la estrechez de miras de los países, incluso dentro de la Unión Europea, prioriza los objetivos nacionales", contextualizaba el experto del IPCC, quien también alertaba del riesgo de ir "con actitud paternalista" a países en vías de desarrollo a reclamarles que abandonen el carbón para sus economías cuando, el mundo occidental, "ha estado quemando carbón hasta hace poco tiempo como si no hubiera un mañana". Sobre todo cuando en estos países muchas veces primero hay que darles una infraestructura de acceso a la electricidad.

Por eso, Luis Martí reforzaba su mensaje de que estamos ante una revolución económica. "A 10-15 años vista, no va a haber ventaja competitiva si no está ligada a una huella ambiental mínima e incluso cero". Augura, además, que en ese plazo puede que sea Francia la que necesite la energía limpia (en este caso, de fuentes renovables) que produce España, en lugar de depender nosotros de la nuclear que genera el país galo. "Tenemos que pensar en un mundo en el que lo mejor no sea cuanta más interconexión con Francia mejor, sino que esta generación de renovables sea un polo de atracción industrial".