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Medio ambiente

Una vuelta «verde» a la rutina

Con el fin de las vacaciones, muchos españoles se proponen retomar hábitos de vida saludables y fijar nuevas metas, como extender el cuidado del medio ambiente o el reciclaje a la oficina, el colegio y el hogar

Escolares reciclan en su escuela
Si aún no se recicla en el centro educativo al que acuden nuestros hijos, podemos proponer que se empiece a hacerloFreepik

Toca despedir al verano, decir adiós a las vacaciones y volver al trabajo. Es tiempo de llevar a los más peques al colegio o al instituto, de realizar el cambio de armario y de formular nuevos propósitos para el nuevo curso. Muchos españoles se proponen reforzar los buenos hábitos de reciclaje y de cuidado del medio ambiente que ya realizan en el hogar o apuestan por trasladarlos a sus espacios de trabajo o a los centros educativos.

María José Bonete, peluquera, payasa de hospital y madre de familia numerosa de 52 años, es una de esas personas. «Llevo un tiempo pensando cómo adoptar más prácticas sostenibles en mi día a día y el inicio de curso es el momento ideal», comenta. El reciclaje lo tiene cubierto. Este año le ha tocado añadir un cubo de basura nuevo para el orgánico, que ahora va en el contenedor marrón.

Por lo demás, continuará haciendo lo de siempre: separar y reciclar bien los residuos que van al cubo amarillo (envases de plástico, latas y briks), al azul (papel y al verde (vidrio) y al gris (restos no orgánicos, como polvo o pelos del perro). En el contexto del reciclaje en casa, los datos son alentadores: 8 de cada 10 hogares se declaran recicladores, según el estudio de «Hábitos del reciclaje de la población española», elaborado por Kantar para Ecoembes.

El primer paso de la cuesta de septiembre para María José será intentar cocinar «un poquito más sano y más verde», introduciendo productos de temporada. Hasta tiene un calendario pegado con un imán a la nevera que le indica cuáles son las frutas y verduras óptimas para comprar cada mes. ¿El segundo? Planear la inevitable vuelta al cole de su hijo menor. «Lo primero es aprovechar al máximo el material escolar que ya tenemos en casa y que todavía tiene vida útil», afirma.

«Podemos remendar la mochila o plancharle unos parches. Y seguro que todos tenemos lápices, bolis y cuadernos a medio gastar por casa. Utilizarlos hasta el final es importante para no comprar productos nuevos hechos con árboles, grafito, plástico, etc. Ah, y algo que no todo el mundo sabe es que los bolígrafos no se tiran a ningún cubo: hay que llevarlos al punto limpio», detalla. Si no, la tinta, la bolita de metal o los materiales plásticos no se gestionarán adecuadamente y pueden acabar contaminando el entorno natural.

En cuanto a los libros de texto, da un consejo para papás y mamás: «Casi todas las comunidades autónomas disponen de bancos de libros que ofrecen prácticamente todos de forma gratuita (o, en algunos casos, mediante un alquiler o señal) y de segunda mano. También hay plataformas de venta de libros usados en internet y podemos preguntar a las familias de otros cursos si aún conservan sus materiales». Ante la duda, María José recomienda apoyarse en la AMPA del centro.

Ideas para renovar armario

No solo de niños va la cosa. La vuelta a la rutina implica una necesaria vuelta al frío y las lluvias. Mireia González, diseñadora y codirectora del Máster en Creación de Marcas de Moda de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona (ESDESIGN), apunta que el cambio de armario es una oportunidad perfecta para poner en práctica), las 3R (reducir, reciclar y reutilizar). Antes que nada, ella anima a donar o regalar las prendas que ya no nos pongamos. «Yo lo llamo hacer un safari de tu armario. Es algo que hacemos bastante en moda ecológica: ver lo que tenemos es lo primero. Lo que hago es fotografiar las que no me van a interesar, hacer un grupo de amigos y compartir las piezas. Un trueque de ropa es algo muy bonito para hacer durante una merienda. La máxima es esta: lo que para ti no sirve para otro es un tesoro».

Una vez chequeadas, puedes separar las prendas que te gustaría reparar. Mireia es una profesional, pero para las personas que no son tan diestras anima a ponerle parches a las prendas o llevarlas a cortar. «Otra cosa sería la transformación. Por ejemplo, un abrigo. Quizá sin mangas puede ser una nueva prenda, un chaleco con una nueva vida». En moda esto se llama ‘redone’ y requiere rediseñar la prenda. A lo mejor un vestido no nos convence, pero nos encanta la tela. En ese caso, «el mundo de internet es increíble, hay muchísimos vídeos y ‘tips,’ pero también puedes llevarla a la modista del barrio para, por ejemplo, cambiar un cuello o convertir un pantalón en falda».

Si vamos a comprar ropa nueva, Mireia anima a buscarla de segunda mano o hecha a partir de material reciclado. « Podemos encontrar productores sostenibles en plataformas como Depop (más juvenil y de ‘upcycling’), Etsy o Upcyclick», recomienda. Pero si queremos ropa nueva, «la marca Back to Eco es de Barcelona y vende online. Sus prendas están hechas con telas recicladas», apunta. «Otro ejemplo de marca española que trabaja muy bien desde los materiales es Ecoalf, que tiene un departamento de I+D+i impresionante, donde transforman botellas, nylon y hasta algas en prendas, y financian muchos proyectos de pequeños emprendedores».

Por último, no podemos olvidarnos de la vuelta a la oficina. Si nos lo podemos permitir, dejar el coche y pasarnos al transporte público es una manera eficaz de reducir la contaminación. Los trayectos en autobús o metro son ideales para leer, estudiar o escuchar un podcast. Y si el ejercicio está entre nuestras nuevas metas, podemos ir al trabajo en bici o caminando. Además, si aún no se recicla en la oficina, podemos proponer que se empiece a hacerlo y unirlo a otros hábitos sostenibles como no imprimir más de lo necesario o intentar usar vasos reutilizables de cristal.