Crítica de cine
«Memorias de un vampiro adolescente»: El novio cadáver
Director: Jonathan Levine. Guión: Jonathan Levine. Intérpretes: Nicholas Hoult, Teresa Palmer, John Malkovich, Dave Franco.EE UU, 2013. Duración: 97 minutos. Comedia romántica/ Terror.
Pero, ¿quién no ha sido joven alguna vez, aunque muchos parezcan que ya nacieron con el bombín puesto? ¿Quién no se sintió en ciertas ocasiones incomprendido, solo, apenado sin razones, en un ay lastimero e interminable, únicamente porque la banda sonora suena triste, como una especie de muerto en vida que ni siente ni padece? Pues prescindan del adverbio y conocerán a «R», el zombie veinteañero que durante el divertido e irónico monólogo interior («estoy demasiado pálido y delgado» «Por qué soy tan raro?») con el que arranca la película lamenta un pasado que ni siquiera recuerda, pincha vinilos de música vintage y mastica un puñadito de sesos. Pero el amor obra milagros, incluso con la carne medio podrida, de ahí que cuando R, este personaje que parece familiar lejano de aquel delicioso y nostálgico Wall-e de Pixar y que seguro le hará gracia al mismísimo Tim Burton aunque le falte goticismo, conozca a la rubia, temperamental Julie, y, tras zamparse parte del novio de la chica, caiga irremediablemente de rodillas frente a sus encantos. Sí, bastantes pensarán en «Crepúsculo» con una bestia de otra naturaleza, pero mientras aquella trilogía derivó hacia un producto insulso que se tomaba demasiado en serio a sí mismo, el filme realizado por Jonathan Levine posee un sarcástico sentido del humor, que, sobre todo en la primera parte de la cinta, funciona y asegura un buen rato. Lástima que durante la segunda el batacazo sea casi inevitable. De acuerdo, admiradores acérrimos del género: lo que hace con los clásicos «caminantes», quienes poseen aquí amigos y corazoncito, tiene tela, y el gore, la sangre y casi todas las vísceras fueron desterrados de la faz de la tierra en esta producción ideada para un público de edad muy concreta con ganas de suspirar mientras el chico sin memoria y la mujer que tanto quiere dudan en si resultaría viable la relación. Aunque, repito, ¿quién no fue joven alguna vez? Ay...
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