Industria
La IA revoluciona las fábricas españolas de Renault
Se ha logrado un ahorro del 40% en el consumo de energía y reducido el tiempo de diseño de un nuevo modelo desde cuatro meses a sólo dos
Renault tiene en España dos de sus factorías más eficientes, Valladolid y Palencia, que, junto a la de Sevilla, han sido capaces de afrontar con éxito el reto de la implantación de la Inteligencia Artificial, IA, y el tratamiento de los datos en el sector del automóvil, lo que ha supuesto una auténtica revolución industrial. La marca, que acometió con éxito su ambicioso plan denominado “Renaulation” para renovar y electrificar la totalidad de su gama, tiene en marcha otro desafío que comenzó a finales de 2023: la implantación de un plan bautizado como “Re-Industry”, llamado a transformar toda la base industrial del grupo automovilístico.
El calendario fija el fin del proyecto en el año 2027, aunque ya se conocen los primeros resultados de un reto que tiene mucho que ver con la Inteligencia Artificial y las nuevas herramientas digitales. Se ha logrado, además de un ahorro del 40% en el consumo de energía, acortar el tiempo de diseño de un nuevo modelo desde cuatro meses a sólo dos, loque ha requerido el próximo lanzamiento; reducir a diez horas el tiempo de montaje de cada coche en la factoría y, además, rebajar a la mitad el coste de producción de un vehículo eléctrico, o un 30% en el caso de los coches de combustión.
Los datos han sido facilitados por el director de Fabricación del Grupo, Thierry Charvet, en rueda de prensa celebrada en Madrid. El éxito alcanzado por el plan hasta el momento supone, sin duda, otra medalla que aportar al desempeño del CEO de la marca, Luca de Meo, que acaba de anunciar su retirada de Renault y su marcha a otro sector al margen del automóvil. El directivo ha alertado antes del “riesgo real de colapso industrial en países como España, Italia o Polonia”, pues la transición hacia la total electrificación “no avanza al ritmo exigido por Bruselas”, con una hoja de ruta que prohibirá en 2035 la venta de vehículos con motor de combustión y obligará a vender exclusivamente modelos eléctricos a los ciudadanos de la Unión. Su trabajo ha constituido una revolución industrial y comercial, que ha situado a la empresa en una mejor posición para hacer frente al reto de la competencia que llega de China en forma de aluvión de nuevas marcas.
El nuevo escenario industrial implica a los 61.000 trabajadores de Renault en las 25 plantas de producción de que dispone en 13 países. Todas las fábricas están conectadas virtualmente y comparten un metaverso que permite simular cualquier operación industrial, como la programación de uno de sus robots, y aplicarla de forma simultánea cuando sea preciso. La creación de nuevas herramientas como el escáner portátil desarrollado en Palencia, que permite examinar piezas con tolerancias de 0’0200 mm y el aumento de los controles de calidad, se suma a la facilidad para el diseño de nuevos modelos y todas sus piezas, desde la mesa de dibujo a la puesta en marcha de la cadena de producción. Los nuevos útiles permiten la generación de un prototipo virtual de un nuevo coche y someterlo, en ese entorno digital ya implantado, a pruebas de todo tipo que hubiesen supuesto meses de trayectos sobre el asfalto y de recogida de datos. Ya no es preciso, por tanto, producir un número considerable de vehículos de preserie para probar su rendimiento y posibles defectos antes de acometer la producción en cadena. La implantación de la IA permite crear sistemas capaces de examinar con detenimiento con el fin de evitar errores de conexión en el montaje de los salpicaderos o el portón trasero, advertir de la existencia de una pieza, o la falta de la misma, en la misma cadena de montaje y sumar un millar de puntos de inspección antes de permitir la salida de cada uno de los 555 vehículos diarios que produce la planta de Palencia.
Las factorías españolas están en cabeza de la eficacia de todo el grupo. Acumulan el 14,5 por ciento de la fabricación anual de Renault y la mitad de todos los vehículos híbridos de la marca. El futuro parece despejado para el llamado Polo de Fabricación Ibérico, que dirige el español José Martín Vega, al menos mientras se mantengan los niveles de competitividad conseguidos.