Opinión

ETA: la letra pequeña

ETA ha lanzado hoy una campaña de marketing político para favorecer a Otegi y para presionar en favor de los etarras que cumplen condena.

En realidad lo que menos le importa son las víctimas del acoso, el miedo, tortura o asesinato. Hay gente de buen corazón que lee los titulares y se alegra. La letra pequeña nos indica que van a aprovecharse del mal causado, porque quieren iniciar una campaña internacional en un momento en el que la credibilidad del Estado español está baqueteada por los fakes sobre lo que ocurre en Cataluña.

Lo que tiene que hacer la banda terrorista y sus instigadores políticos es condenar toda la historia del terror y dejar a las víctimas tranquilas, pero eso no está en su hoja de ruta.

ETA no asume ni en este comunicado, ni en ninguno otro, que la identidad que defendía y defiende fuera una identidad tóxica, excluyente y asesina. ETA quiere imponer la interpretación sobre el terrorismo como un conflicto con el Estado y claro, sólo llega a una petición de perdón hacia algunas víctimas. Y hay más que no desvelaré todavía porque requiere otro artículo.

Yo ruego a los medios y líderes políticos que no les hagan el caldo gordo y que sigamos exigiendo la asunción de sus responsabilidades. Que los presos etarras entiendan que para optar a las medidas de reinserción deben seguir la ley, condenar los daños y colaborar con la justicia en el esclarecimiento de los crímenes sin resolver.

ETA y sus herederos políticos han trazado cuidadosamente la estrategia de legitimar su pasado y repartir culpas y responsabilidades. Controlar el relato del pasado, para tener ganancias electorales presentes y futuras.

Cuando hablan del «conflicto» están intentando convencernos de que todos somos responsables, y no es verdad. Hubo asesinos, portadores de una identidad secesionista asesina, contraria a la ley, a la libertad y al pluralismo político, y hay víctimas. Hay familias a las que se les provoca sufrimiento con cada recibimiento heroico a los terroristas que salen de la cárcel, con cada mentira.

La prueba del nueve del respeto a las víctimas sería que mañana mismo dijeran que corrigen el comunicado y que no realizarán el gran teatro previsto en Bayona para el 4 y 5 de mayo.