Yo, Leonor

Uy qué cabreo tenemos. Uy que carácter y que morro me lleva Altibajos que se le puede atar con una manta de Zamora. Resulta que mi hermana So y yo nos pusimos a ver la boda de esta muchacha tan morenita con el golfo del primo Harry. Que si mira qué mona es la Meghan, que si hay que ver qué pinta de agradable de trato que tiene, que si menudo vestido bonito, que si mira cómo se besan de naturales. Entre que no la han invitao y que la Meghan la ha adelantado por la izquierda y sin ponerle el intermitente, esta mujer está imposible. «Madre –le dije– consuélate: durante años hemos creído que de pronto te habías vuelto adorable. Ahora ya sabemos lo que es ser encantadora de verdad».

Pegó un portazo que casi transforma la puerta en la de una cantina del Oeste y por la tarde nos castigó. Nos mandó con la abuela a poner cara de buenas y a dejarnos hacer fotos. Pero vamos, que en el pecado lleva la penitencia porque se tuvo que venir a hacer de nuera entregada y con zapato plano. Jejeje, está tan graciosa haciéndole la pelota a la abuela. Si es que está Altibajos, la pobre, que no levanta cabeza. Se ha ido de viaje al Caribe y ha pegao un tropezón que casi muerde la lona. Y el barro. Hay que ver la vida, qué mala persona.