Opinión

Mucha manada, poca prisión permanente

Obviamente, estoy entre los millones de ciudadanos a los que les provoca escalofríos la excarcelación de esa banda a la que la madre de uno de ellos bautizó acertadamente como «La Manada». Para empezar, porque la tasa de reincidencia entre los delincuentes sexuales es altísima. Ellos desde luego son la regla y no la excepción: mes y medio antes de atacar sexualmente a la chica de los Sanfermines, abusaron de otra joven en Pozoblanco tras drogarla con burundanga. ¿Quién nos garantiza que con estos antecedentes no vuelvan a las andadas? Y, para terminar, es menester subrayar una cuestión formal no precisamente baladí: la prisión provisional se puede alargar hasta los cuatro años. He de recordar que Correa y Granados se pasaron tres años y medio y dos largos respectivamente en esa situación procesal.

Y no son depredadores sexuales ni había riesgo de fuga si se les hubiera instalado una de esas pulseras que permiten el control a distancia. Dicho lo cual hay que admitir que ninguno hemos visto las pruebas que en forma de vídeo condujeron a condenarlos por abuso y no por agresión sexual. Pero lo que más me llama la atención es que quien lleva la voz cantante contra «La Manada» sea un partido, Podemos, liderado por un machista de tomo y lomo, Pablo Iglesias, que en un chat interno aseguró entre el «jiji-jaja» de sus subordinadas que «azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase». No es, sin embargo, la mayor de sus contradicciones. El macho alfa que apuesta por reformar «un Código Penal que no defiende a la mujer» es el mismo al que se le llena la boca exigiendo que se derogue la «inconstitucional e injusta [sic]» prisión permanente. Una prisión permanente que se alumbró, entre otras cosas, para que los agresores sexuales más peligrosos no queden en libertad antes de 25 años y para contrarrestar la derogación de la maravillosa Doctrina Parot. Esta abolición puso en libertad al Violador del Estilete, al del Ascensor y al del Portal. ¿Y qué ocurrió? Pues que los tres volvieron a violar. Y ojito porque el PSOE acepta anular una norma que garantiza que «El Chicle» o el malnacido que asesinó a sus hijas con una motosierra se pudran en la cárcel. Que sepa Sánchez que, si cae en la trampa de Iglesias, cada vez que una de estas bestias reincida le apuntaremos con el dedo acusador a él.