Opinión

La desigualdad estalló con Zapatero, no con Rajoy

Imaginen que vamos andando por la calle y seleccionamos a cualquier ciudadano al azar para plantearle la siguiente pregunta: «¿Durante qué etapa de la crisis se incrementó más la desigualdad en España: durante la de José Luis Rodríguez Zapatero (2008-2011) o durante la de Mariano Rajoy (2012-2017)?». Casi con total seguridad, el aleatorio viandante nos respondería que durante la etapa de Rajoy: a la postre, la artillería mediática empezó a prestar atención al problema de la desigualdad a partir del año 2012; con Zapatero, los problemas que resaltaba la prensa eran otros –como la alta prima de riesgo o el paro desbocado– pero ciertamente no la desigualdad.

Pues bien, pese a que la percepción cuasi universal de los españoles es que la desigualdad ha estallado durante la era Rajoy y que no supuso un gravoso problema durante la etapa Zapatero, lo contrario es más bien cierto: la desigualdad aumentó significativamente en el período 2008-2011 y apenas ha variado durante los años 2012-2017. En particular, el índice Gini (que mide la desigualdad de renta, siendo 100 equivalente a máxima desigualdad y 0, a máxima igualdad) se ubicaba a finales de 2007 en 31,9 y escaló hasta 34 en el año 2011: esto es, durante la etapa Zapatero se produjo un incremento de 2,1 puntos en el índice de Gini.

En cambio, a finales de 2017, y a tenor de la reciente publicación por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) de la Encuesta de Condiciones de Vida, este mismo índice apenas había ascendido hasta 34,1: a saber, durante la etapa Rajoy sólo se incrementó en 0,1 puntos.

Es obvio, por consiguiente, que la percepción ciudadana se halla enormemente distorsionada: la desigualdad se disparó muchísimo más con el Gobierno socialista que con el popular. De hecho, ni siquiera cabe justificar esta disonancia entre la realidad y su percepción social apelando a que, en el peor momento de la era Rajoy, la desigualdad fue mucho más alta que en la actualidad: el máximo índice Gini se alcanzó en 2014 con un valor de 34,7, de modo que, incluso en ese supuesto, la comparación (2,1 puntos versus 0,7 puntos) continuaría siendo terriblemente desfavorable para Zapatero.

¿Por qué entonces muchos españoles opinan lo opuesto? ¿Por qué datan la crisis igualitarista en el período de gobierno del Partido Popular? Pues porque algunos partidos políticos y sus terminales mediáticas han tratado de denigrar la calidad de la recuperación económica que venimos experimentado desde el año 2014 y, para ello, han tenido que alimentar la envidia igualitarista.

A la postre, los problemas a partir de 2014 dejaron de ser la prima de riesgo o el incremento del paro, así que hubo que buscar nuevos fantasmas... como la desigualdad de ingresos. Y si bien es verdad que la recuperación que estamos viviendo podría estar siendo mucho más inclusiva (a través de una liberalización intensa del mercado de trabajo o una generalizada rebaja de impuestos), no es menos cierto que, de momento, ya ha creado unos dos millones de nuevos empleos, lo que por necesidad ha contribuido a contener la escalada de desigualdad que se experimentó con la destrucción de tres millones de puestos de trabajo durante la etapa final del zapaterismo. Por fortuna, esta incontrovertida mejoría de la situación socioeconómica del conjunto de los españoles ya está dejando su impronta en las estadísticas de pobreza y desigualdad.