Opinión
Casado es Franco, ¡JAJAJAJA!
Basta hojear los periódicos de izquierdas, antaño socialdemócratas ahora frentepopulistas, escuchar a los contertulios mayoritariamente podemitas y ver las imbecilidades que ha vomitado Echeminga para concluir que el PP ha dado en el clavo con Casado. «Cuando un enemigo habla bien de ti, piensa que algo estás haciendo mal», resume el proverbio chino. Sensu contrario, si te ponen a parir es que vas por el buen camino o, en el peor de los casos, no vas demasiado mal. Que Pablo les provoca pánico quedó claro cuando le intentaron meter con calzador en el marrón del no máster de Cifuentes. Entonces, no hace ni cuatro meses, era prácticamente un don nadie con aspiraciones dentro de la militarizada estructura del PP. Un simple vicesecretario de Comunicación, en cuyo trasero acababan las patadas dirigidas a los corruptos de su partido, amén de un diputado raso. «Si existe tal animosidad contra él, es que es el remedio del PP», cavilaba yo ejecutando un simplísimo silogismo. Un servidor sabía que estamos ante un tipo tolerante y tal vez por eso no tolerado por el pensamiento único imperante. Les destroza los lugares comunes. Tampoco me iban a contar que está excelentemente preparado.
O que goza del don que distingue a los grandes políticos de los del montón: la oratoria. Y tenía no claro sino lo siguiente que, salvo que se vuelva loco, éste es de los que se cortan la mano antes que meterla en la caja. Los que sabemos un poquito de la cosa judicial albergamos pocas dudas de que ni en su máster ni en sus carreras hay materia penal o civil. Tal vez por eso la prensa vieja, incluida alguna de centroderecha con menos luces que un barco pirata, se ha sacado de la chistera un conejo con más clembuterol que un ciclista tramposo: «Es la derechona». Y todo porque ha formulado en dos semanas más propuestas ideológicas que el PP marianista en siete años. Otros, a la desesperada, lo comparan implícitamente con Franco porque sostiene que «no hay que emplear un euro público para desenterrar al dictador». Vamos, como Felipe o Zapatero. También le asemejan al Capitán Trueno, olvidando que el personaje fue parido por Víctor Mora, comunista y exiliado. Hombre, muy franquista y muy derechona no debe ser un individuo cuyo abuelo fue condenado a 30 años de cárcel por militar en la UGT. Digo yo.
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