Opinión

¡Liberad a Volkov!

La lectura de la Historia realizada por los nacionalistas ucranianos es tan delirante y falsa como la de nacionalistas catalanes y vascos. Pero aún peor es su sangrante conducta liberticida. Hace unos años, tuve el inmenso honor de que el gobierno de Ucrania me colocara en una lista negra junto a otros periodistas por algunos artículos publicados en este periódico donde decía la verdad que George Soros y tantos otros personajes siniestros se empeñan en ocultar. Junto a mí se encontraban compañeros de este mismo medio y personajes tan ilustres como Nikita Mijalkov, Gerard Depardieu o Steven Segal. Presiones del Parlamento Europeo que, lógicamente, consideraban que el gobierno ucraniano no podía actuar de esa manera y tener pretensiones de demócrata consiguieron que se me extrajera de aquella inmunda lista y que el Parlamento ucraniano incluso me enviara una notificación oficial de la rectificación. Naturalmente, éramos occidentales porque el régimen ucraniano continúa pisoteando impunemente los derechos humanos más elementales, un hecho que, por el ansia de la OTAN de cercar a Rusia, se esconde de manera escandalosa. Una de las últimas víctimas de esa política liberticida de los nacionalistas ucranianos ha sido Páviel Volkov encarcelado desde hace casi un año por el simple delito de publicar la verdad. Escritor, periodista y bloguero, Volkov fue detenido el 27 de septiembre de 2017 al amparo de los artículos 110-2 y 258.1 del código penal ucraniano. El primer texto permite arrojar a una mazmorra a cualquiera que no acepte la visión falaz de la Historia impulsada por el nacionalismo ucraniano bajo la excusa de atentar con la integridad territorial y el segundo convierte en terrorista a cualquiera que no comulgue con las ruedas de molino nacionalistas. La realidad es que Volkov se limitó a publicar verdades incómodas e innegables como que el gobierno ucraniano ha violado los acuerdos de Minsk o que no ha tenido el menor reparo en bombardear objetivos civiles en el Donbass. La detención de Volkov no es un hecho excepcional sino que además deja ver la verdadera cara del nacionalismo ucraniano, algunos de cuyos miembros son enviados a Alemania para recibir ayuda y no dudan en realizar el saludo hitleriano al llegar a suelo germano, quizá en recuerdo de cómo ayudaron en su día al III Reich. La UE podría hacer algo útil este verano: presionar a Ucrania para que ponga en libertad a Volkov.