Opinión

Merkel, la que avisa no es traidora

Angela Merkel tiene una amiga alemana que veraneaba en Sotogrande. Dicharachera, daba pistas de qué pensaba la canciller sobre España en los momentos más duros de la crisis y que se notaba que tenía debilidad por Rajoy. Tras un par de años sin aparecer, y con diez kilos de mas, la mujer –todo un personaje– ha regresado estos días a la costa gaditana. Justo después de que Merkel y su marido estuvieran en Doñana con Pedro Sánchez y Begoña, su mujer, hablaran de inmigración y observaran linces. El presidente español causó buena impresión en la líder germana. Su amiga se lo contó a Javier Ybarra –autor de «Nosotros, los Ybarra»– en una de esas citas sociales de Sotogrande, al caer la tarde: «Pedro bien –me dice Angela–; ella –por Begoña– mejor. Le marca los tiempos». La canciller prefería a Rajoy, pero espera entenderse con Sánchez. De momento, está muy agradecida con el favor que le ha hecho el inquilino de la Moncloa con el problema que tiene ella con los inmigrantes ilegales que llegan a Alemania, tras entrar en Europa por las costas españolas y que serán devueltos, primero a España y, luego, ya se verá.

Favor con favor se paga y Sánchez espera que Merkel se lo devuelva –además de su estancia en Doñana– con una ayudita con las cuentas españolas. Bruselas ya ha aceptado una cierta relajación, pero solo es aplicable si el Gobierno saca adelante los Presupuestos y eso, aunque en la Moncloa están dispuestos a dorarle la píldora a Podemos, no está nada claro. Y desde luego, Europa nunca aceptaría las exigencias de gasto que proponen Iglesias y compañía. Por eso, si todo se complica, Sánchez confía en que Merkel interceda en Bruselas porque, ante la deriva italiana, a la canciller le interesa que España sea un país estable y fiable. Está en juego el euro y Alemania también tiene qué perder.

Merkel, si puede, ayudará a Sánchez, pero siempre que el líder del PSOE no traspase los márgenes. Por si acaso, Hans-Werner Sinn, miembro del consejo asesor del ministro de Economía alemán, ex presidente del Instituto ISO, en un artículo publicado en toda Europa –«Expansión en España»– advierte que «Portugal, España y Grecia están gobernadas por socialistas radicales, que han abandonado el concepto de responsabilidad social, al que llaman politica de austeridad». Todavía peor opinión tiene de Italia y se interroga sobre el crepúsculo de la eurozona. Todo muy claro. Merkel ve bien a Sánchez y le echará una mano, siempre que el inquilino de la Moncloa no se pase de la raya. El que avisa, incluso por vía indirecta, no es traidor, aunque deba un favor.