Opinión

Pedro Indiana Sánchez Jones

Pedro Sánchez trabaja y gobierna para alargar la Legislatura todo lo posible y para ganar, con cierta holgura, las próximas elecciones, algo que tiene a su alcance y que sólo una impensable –y ahora imposible– reunificación del centro derecha –PP y Ciudadanos– podría impedir. Y todo al frente de un escuálido grupo parlamentario de 84 diputados. Eso obliga al presidente a aplicar una mezcla permanente de estrategia a largo plazo e improvisación, un poco a lo Indiana Jones. El aventurero cinematográfico tenía muy claros sus objetivos, pero cuando sus compañeros –en medio de una pelea desigual– le preguntaban por su plan, él respondía con naturalidad: «Improviso sobre la marcha».

La decisión de exhumar los restos de Franco forma parte de una estrategia de largo alcance, una especie de segunda parte de la Ley de Memoria Histórica de Rodríguez Zapatero que, además de distraer la atención, quizá logre meter al PP en un lío si Casado y los suyos no saben manejar el asunto. Al mismo tiempo, Pedro Sánchez –tras los votantes de Podemos– negocia casi minuto a minuto con Pablo Iglesias cómo sacar adelante las cuentas del Estado. Ambos pretender liquidar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que concede al Senado –controlado por el PP– la última palabra. Es legítimo y democrático que lo intenten, aunque las alegrías de gasto que permitirá su enmienda no sea lo mejor para la economía española. Los problemas llegan cuando, por ejemplo, se buscan atajos para cambiar una ley Orgánica y alguien descubre que no se puede improvisar, como tampoco se debería improvisar con los impuestos, con prohibir o no las Sicav y por supuesto con Cataluña, algo que también –por esperar, por improvisar a la inversa– atrapó a Rajoy, y donde los independentistas preparan otro gran desafío-provocación a partir de principios de septiembre.

Ahora, el inquilino de La Moncloa puede ser un poco Pedro Indiana Sánchez Jones, si insiste en algunas improvisaciones. Y como dice uno de sus asesores, «el Gobierno de un país como España es una cosa muy seria» y la política tampoco es una película de George Lucas.