Opinión

Susana y Pedro, equilibrio de pillos

Susana Díaz y Pedro Sánchez, ni son amigos, ni se llevan bien. Una y otro apenasa se soportan. Son quizá el paradigma perfecto de que los enemigos están en el propio partido, mientras que los rivales son solo adversarios. Churchill fue el primero en apuntarlo, Adenauer dio su propia versión y Andreottí, desde su legendario cinismo, la perfeccionó: «Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido». Díaz y Sánchez apenas comparten la militancia en el mismo partido, el PSOE. Guardan las apariencias en declaraciones públicas, pero ni tan siquiera sus colaboradores más directos intentan tapar las diferencias entre ambos.

La presidenta andaluza está pendiente de concretar una convocatoria adelantada de elecciones, quizá la semana que viene, después de haber llegado –a pesar de todo y porque quizá les convenga a ambos– a un ciderto compromiso con el líder del PSOE

Susana Díaz quiere que los comicios andaluces no coincidan con ningún otro y menos con unas elecciones generales. Cree que esa coincidencia podría perjudicarle, mientras que en la Moncloa han pensado que quizá las dos elecciones a la vez beneficiarían a Sánchez. No sabremos nunca qué hubiera ocurrido.Tras mcuhos amagos, ahora sólo habrá elecciones andaluzas. Susana Díaz jugó fuerte. Envío el mensaje al Gobierno y también al PSOE de que podría esperar a las doce menos un minuto de la noche del día elegido para firmar la convocatoria y evitar que Sánchez, aunque insiste en seguir hasta 2020, pudiera reaccionar con una convocatoria de generales. Temía que, en un momento de apuro de los tantos que tiene el líder del PSOE, se subiera a esa ola para controlar daños. Pacto o equilibrio entre pillos.