Opinión

¿Era o no era Sánchez partícipe del golpe?

La que le cayó a Pablo Casado por manifestar en sede parlamentaria que «Sánchez es partícipe y responsable del golpe en Cataluña» es de las que hacen época. Una cacería en toda regla. Mientras el okupa monclovita iba llorando «nene, pupa» por las esquinas, sus tonton macoute se dedicaban a currar por tierra, mar y aire al presidente del PP por haber osado desairarle. Todos a una, los medios socialpodemitas, que suponen el 80% de la profesión, le dieron hasta en el carné de identidad. Echaron mano de todas las descalificaciones habidas y por haber en el Diccionario de la Real Academia. Y si no le soltaron más improperios fue porque aún no están inventados. Así se las gastan los buenistas progres: tocas a uno de ellos y saltan todos cual matones de tres al cuarto a crucificarte públicamente.

Lo de Casado no sé si fue una aseveración o un pronóstico. Porque si antes de aquel memorable repaso parlamentario en el que no leyó un papel en 25 minutos podían existir dudas acerca de la pertinencia del diagnóstico, tras meter mano de manera bananera en la Abogacía del Estado sólo un loco o un cínico patológico puede albergarlas. Por muy legal que sea, resulta repugnante la injerencia del Ejecutivo en un órgano que debería actuar de manera autónoma. Y menos para echar una mano a los tejeros del siglo XXI. Tan deleznable como el pecado original del personaje. Conviene recordar quiénes lo auparon a Moncloa: golpistas catalanes, proetarras y podemitas. Lo cual constituye ya un semigolpe en sí mismo. En democracia no vale todo ni el fin justifica maquiavélicamente los medios.

Un presidente constitucional no puede aceptar los votos de quienes han subvertido la legalidad de manera tan brutal, menos aún de la extensión política de los asesinos de 850 compatriotas. Y un socialdemócrata tampoco puede acostarse con unos comunistas financiados por dos dictaduras. Dicho todo lo cual resulta evidente que Casado no mintió, tan obvio como que Sánchez es como mínimo «partícipe» y encubridor del putsch del 1-O. ¿Cómo, si no, denominamos a alguien en el que concurren las siguientes circunstancias: se mudó a Moncloa gracias a los votos de los golpistas, tuerce el criterio de una Abogacía que hasta el jueves veía «rebelión» donde ahora sostiene que hubo «sedición» y lincha por personas interpuestas al Supremo? El siguiente capítulo está servido: el indulto. Tiempo al tiempo.