Opinión

Miserable en Cuba, ridículo con Gibraltar

No sé si Sánchez es un vago, un vividor o ambas cosas. El caso es que nunca nadie viajó tanto en tan poco tiempo siendo presidente. No ha cumplido ni seis meses en el cargo y ya se las ha pirado a 12+1 países. A saber: Alemania, Costa Rica, Chile, Bolivia, Colombia, Portugal, Bélgica, Suecia, Canadá, EEUU (memorable su foto por la Quinta Avenida rodeado de gorilas), Guatemala, Cuba y Marruecos. Antes de que se coma las uvas, habrá pisado tierras polacas, austriacas y argentinas. Para que se hagan una idea del furor viajero del personaje basta un dato: ha recorrido 75.000 kilómetros, que es lo mismo que dar dos vueltas enteritas a la circunferencia terráquea. El cuate ha cogido gusto a eso de ser un Phileas Fogg made in Spain. Como quiera que nunca pensó seriamente en llegar a Moncloa y tampoco sabe cuánto le durará el chollo, ha debido pensar: «A viajar, a viajar, que el mundo se va a acabar... y pagan los tontos de los contribuyentes». Sus idas y venidas no han servido para aumentar el peso geoestratégico de España. Nada más lejos de la realidad. Contábamos mucho con Felipe y Aznar, poquísimo con un ZP que terminó desprestigiado y aferrado a la estúpida Alianza de Civilizaciones, algo más con el primer Rajoy y entre nada y menos con este okupa. Todos los ciudadanos le pagaríamos encantados de la vida un viaje perpetuo si sirviera para mejorar nuestro comercio exterior y el rol de España en el mundo. Su visita a Cuba ha sido un monumento a la indecencia: se ha reunido con la marioneta de Raúl Castro, Díaz-Canel, le ha lamido los borceguíes, pero no ha tenido un segundo para la disidencia de una dictadura que ha fusilado a 7.000 personas, «reeduca» a los homosexuales y suma ya ciento y pico presos políticos. El ridículo perpetrado con Gibraltar no le va a la zaga a la indignidad en Cuba. El Peñón es, según la ONU, una de las 16 «colonias» que perviven. Lo cual indica que antes o después nos lo tendrán que devolver acabando con un anacronismo que data de 1713. Pero ahora el contador se pondrá nuevamente a cero por culpa del inútil solemne de Sánchez: ha renunciado a echar mano del derecho de veto que consiguió Rajoy en el Brexit gibraltareño. Debe ser que tanto jet-lag le está destrozando definitivamente las neuronas.