El lío europeo

En menos de dos meses deberá estar resuelto lo del Brexit y antes de cuatro habrá elecciones al Parlamento Europeo. En este caso sí que coinciden lo urgente y lo importante en el orden del día de los asuntos europeos. Porque lo que suceda con el Reino Unido va a tener repercusiones para el devenir comunitario y también incidirá, por supuesto, en las elecciones de mayo. Asimismo, la composición del próximo Parlamento Europeo provocará que la legislatura que comienza en junio sea productiva o que esta Cámara se vuelva una jaula de grillos. Si los populares y los socialdemócratas europeos suman la mitad más uno de los escaños, habrá una situación de estabilidad; si se aproximan a esa cifra y solo necesitan pactar con otro grupo, nos podremos dar con un canto en los dientes; sin embargo, si los resultados electorales hacen necesarios pactos a cuatro o cinco bandas, el Parlamento Europeo se puede volver ingobernable y estaríamos ante una legislatura casi fallida. Se olvida que esta cámara es una Institución con mucho poder, aunque no se encarguen de hacérselo saber a los ciudadanos con ejemplos concretos y claritos. Por otro lado, las fuerzas antieuropeas y los euroescépticos han decidido dar la batalla desde dentro y se presentarán a las elecciones; incluso puede que algunos Estados miembros elijan como candidatos a comisarios o comisarias (es otra batalla, la de la paridad) a enemigos del proceso de construcción de la UE tal y como se entiende actualmente. En resumidas cuentas, un lío considerable al que habrá que prestar mucha atención en los próximos meses.