Opinión

El etiquetado de la miel

El etiquetado de los productos es básico para que el consumidor tenga toda la información posible a la hora de realizar su compra y también para defender a los productores, agricultores y ganaderos. Asimismo, se trata de un asunto polémico. Un ejemplo claro de lo anterior es lo que está pasando actualmente con la miel. En el Ministerio de Agricultura preparan una nueva norma de calidad en la que se incluirá la obligatoriedad de que la miel que se comercialice en España incluya en la etiqueta el país o países de procedencia del producto de forma detallada. Además, cuando se trate de mezclas de mieles de distintos orígenes tendrá que precisarse el tanto por ciento que cada uno de ellos supone en la composición final. Se trata de medidas que reclamaba el sector desde hace tiempo. También han señalado desde este departamento que será obligatorio incluir en el etiquetado la mención «miel tratada con calor» en las mieles sometidas a un tratamiento térmico superior a los 45 grados. Por último, se podrá utilizar voluntariamente la mención «obtenidas en frío» para las mieles que no han sido sometidas a un tratamiento térmico en las fases de obtención o preparación.

Si la norma sale adelante incluirá un periodo transitorio de 18 meses para que se puedan comercializar las existencias de productos envasados y etiquetados que no cumplan esas exigencias. Bienvenidas sean esas reglas, que beneficiarán a los consumidores y por supuesto a los apicultores españoles, que no atraviesan por su mejor momento como consecuencia de la competencia de productos de terceros países, que difícilmente pueden considerarse como mieles. Ahora sólo falta que la mención del origen figure de forma clara en las etiquetas y en letras grandes, para que podamos leer los textos, porque actualmente el etiquetado de muchos productos es imposible de descifrar salvo con lupa.