La ciberseguridad

El transfondo de la guerra comercial que Trump lanzó contra China está en lo que podríamos denominar ciberseguridad, con una doble vertiente: por un lado, el espionaje de alta tecnología norteamericana con el consiguiente perjuicio económico y, por otro, el acceso a servicios e infraestructuras básicas de Estados Unidos a través de las redes 5G, en las que los chinos se han convertido en campeones. Pues bien, ayer el Parlamento Europeo, esa Institución de la UE que se ha vuelto muy importante y a la que prestamos tan poca atención, alertó sobre la amenaza tecnológica china. Los eurodiputados aprobaron una resolución pidiendo medidas a nivel europeo ante la amenaza de seguridad que representa la creciente presencia de empresas tecnológicas chinas en la UE.

Además, dieron luz verde por una aplastante mayoría a la nueva norma comunitaria sobre ciberseguridad, que incluye un sistema de certificación para garantizar que los productos, procesos y servicios respetan una serie de normas comunes en la materia. Hacen bien los eurodiputados, y también los Gobiernos, en preocuparse por este asunto. Hoy no entendemos la vida actual sin la informática, ordenadores, tabletas y redes de todo tipo y condición.

Han cambiado nuestra vida y más que lo van a hacer, pero también son un peligro para nuestra intimidad y seguridad, porque se han convertido en un «gran hermano» que lo controla todo y que incide en los procesos electorales. Ya hay muchos ejemplos de ello, también en España. Los rusos y Putin son maestros en ello. Es necesario tenerlo en cuenta a la vista de las citas con las urnas que nos esperan.