Opinión

Cómo protegerse frente al Brexit duro

De momento, parece que el Brexit va a retrasarse. Theresa May ha conseguido que el Parlamento británico la respalde a la hora de solicitar a la Unión Europea una prórroga en su salida de las instituciones comunitarias. Como es sabido, el próximo 29 de marzo debería activarse el Brexit y, sin un acuerdo entre Reino Unido y la UE acerca del nuevo marco que regulará sus relaciones políticas y económicas a partir de ese momento, volveríamos a la situación jurídica previa a la entrada de Gran Bretaña en la UE. Es lo que algunos han denominado «Brexit sin acuerdo» o «Brexit duro». ¿Cuáles serían las implicaciones económicas de que Reino Unido y Europa avanzaran por ese camino? Un Brexit duro implicaría, en esencia, que Reino Unido perdería todas las ventajas comerciales de las que hoy disfruta merced a su pertenencia a la Unión Europea (ya sea la ausencia de barreras arancelarias entre países miembros o los tratados suscritos entre la UE y terceros países) y, por tanto, sus relaciones comerciales se regularían según la cláusula de «nación más favorecida» que impera dentro de la Organización Mundial del Comercio. En la práctica, ello equivaldría a un alza arancelaria muy significativa de los aranceles entre ambas economías, sobre todo en determinados productos básicos. Por ejemplo, el arancel medio que impondría Reino Unido a la importación de productos cárnicos o lácteos procedentes de la Unión Europea ascendería al 40%; al chocolate sería del 30%; al pescado o la pasta, del 11%; y a las verduras del 9%. Asimismo, el arancel sobre las importaciones de coches o de componentes de coche sería del 10%, lo que socavaría enormemente la competitividad de toda la industria automovilística británica: no sólo la importación de sus inputs se encarecería un 10%, sino que la exportación del producto terminado (el vehículo) a otros mercados como la UE también se encarecería un 10% adicional (puesto que la UE establecería sus propios aranceles frente a las mercancías británicas). El desastre económico podría ser de tal magnitud que el Banco de Inglaterra ha estimado que, en caso de un Brexit duro, el PIB británico en el año 2021 podría ser un 10% inferior al del año 2016. Y no pensemos que las reverberaciones de semejante terremoto no alcanzarían a la economía española: sólo en 2018, exportamos 19.000 millones de euros en mercancías a las islas británicas, y un Brexit duro pondría tal negocio claramente en peligro. Ahora bien, si finalmente llegáramos al escenario de un Brexit sin acuerdo, dispondríamos de una clara alternativa a tal debacle económica: la reducción inmediata de aranceles tanto por el lado de Reino Unido como por el de la UE. No existen razones de peso para que la UE siga siendo una fortaleza proteccionista frente a países que no forman parte de la Unión. No las habría sin el Brexit duro y las habrá aun en menor medida con un Brexit duro de consecuencias potencialmente desastrosas. Blindémonos del caos del Brexit sin acuerdo liberalizando nuestro comercio exterior.