Opinión
Convicciones por encuestas, talento por saldos
Llegaban para cambiar la política, sonaban a jóvenes rockeros y aborrecían del bipartidismo. Terminarán en la escombrera. El partido Podemos porque compró todos los boletos reaccionarios, de la identidad y las tradiciones al recelo por la ciencia. Ciudadanos porque vive preso de la torpeza de una camarilla incapaz de distinguir un libro de un paraguas y a un eurófobo como Declan Ganley de un intelectual como Steven Pinker. En la almendra cercana a Albert Rivera, de hecho, quedan algunos de los urdidores de la infame cabriola junto a Libertas. Entre tanto acaban de prescindir de Teresa Giménez Barbat, a la que ofrecen ir en el número 13 al Parlamento europeo después de montar Euromind y hacer de Bruselas un ágora deslumbrante. Por Euromind han pasado intelectuales de la categoría de los dos Pinker, Dawkins, Bricmont, van Vugt, Turchin, Hall, Arias-Maldonado, Blumner o Roca Barea.
En una iniciativa absolutamente inédita propició que algunos de los grandes científicos y humanistas de nuestro tiempo hayan debatido sobre medio ambiente, edición genética, posverdad, cambio climático, democracia sentimental, islamismo... Una supernova de asombrosa potencia intelectual que nos recordaba al Ciudadanos original. Al que tanto quisimos por transgresor e ilustrado y del que no quedan ni las raspas. Lejos de conformarse con chulear a la escritora Giménez Barbat, y lejos de resignarse a rellenar de saldos la lista europea, la actual dirección también dejó caer al filólogo Xavier Pericay, abandonado a su suerte en Baleares.
Recuerden que tanto Barbat como Pericay estaban entre los firmantes del manifiesto que dio origen al partido. Pero quién quiere tener a su vera a gente como Savater, Boadella, Trapiello u Ovejero, que arroparán a la formidable Cayetana Álvarez de Toledo en distintos actos (¡tan extraordinaria que incluso tiene meloso a Enric Juliana!), cuando puedes contar con el asesoramiento de algunos de los genios de la operación Libertas, como Villegas y Cuadrado. El maestro Raúl del Pozo hablaba del Síndrome de la Moncloa, que infecta a los presidentes y los deja como vaca espongiforme sin camisa de fuerza. Lo monstruoso de Ciudadanos, empeñado en autoboicotearse, y de su pobre presidente, que no se cansa de meter la pata y va camino de ser el increíble hombre menguante, es que lo han contraído antes de. Resta la esperanza de que Inés Arrimadas asuma algún día el mando. Si Rivera y cía. no la destrozan antes.
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