Opinión
La masacre fiscal de la izquierda
Un argumento compartido por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante los dos recientes debates electorales ha sido el de que la presión fiscal en España se halla sustancialmente por debajo de la media de la Unión Europea. En particular, los ingresos públicos de España equivalen al 37,9% del PIB, mientras que en la Unión Europea son del 44,8%. Esto es, la diferencia es de 6,9 puntos de PIB, lo que traducidos a recaudación contante y sonante son unos 76.000 millones de euros anuales: más de lo que cada año nos gastamos en el conjunto de la Sanidad pública.
Con tales cifras, pues, es normal que la izquierda intente convencernos a todos de que sus salvajes subidas fiscales en realidad no son tan salvajes como «la derecha» quiere hacernos creer. En el fondo, el objetivo del social-podemismo sería tan razonable como el de acercarnos a nuestros más ricos vecinos europeos; su modelo no sería ni Venezuela ni Cuba, sino países avanzados y prósperos como Francia, Dinamarca o Suecia. Es más, según nos repiten insistentemente desde Podemos y el PSOE, todo ese dineral podría obtenerse apenas apretándoles las tuercas fiscales a los más ricos. Son ellos quienes no pagan suficientes impuestos en España y quienes nos alejan de converger con el Estado de Bienestar europeo.
Este discurso de la izquierda acaso pueda parecer razonable a una parte del electorado pero, en realidad, se trata de un discurso profundamente tramposo y peligroso para nuestra economía, por dos razones. Primero, no hay ningún motivo para que tengamos que compararnos fiscalmente con Europa en lugar de con otros países ricos y desarrollados. Por ejemplo, la media de ingresos públicos sobre el PIB es ligeramente inferior en la OCDE (el club de sociedades más ricas del planeta) que en España. O dicho de otro modo: si en lugar de mirarnos en el espejo europeo nos miramos en el espejo de la OCDE, no deberíamos subir salvajemente los impuestos (como pide la izquierda), sino recortarlos moderadamente (como pide la derecha).
Segundo, no es verdad que la diferencia de presión fiscal entre Europa y España se explique por que en Europa se grave con mayor saña a las rentas altas. Un reciente informe de la OCDE ponía de manifiesto que España es uno de los países de esta organización (y, por supuesto, de Europa) donde las clases medias aportan un menor porcentaje de los ingresos públicos totales (y donde, en contrapartida, las rentas altas proporcionan un mayor porcentaje de los ingresos). Acercarnos fiscalmente a Europa supone aumentar los impuestos, sí, pero aumentárselos de manera sobreproporcional a las clases medias. Importar a España el modelo fiscal alemán supondría que cada familia de clase media debería pagar 4.000 euros adicionales en impuestos cada año; importar el modelo danés, supondría forzarlas a pagar 8.000 euros adicionales cada año.
No en vano, en Europa la imposición sobre el consumo es sustancialmente más alta que en España (Dinamarca, por ejemplo, cuenta con un tipo único del IVA del 25%, así como con el impuesto sobre la generación eléctrica más elevado de todo el continente) y, a su vez, los perceptores de transferencias estatales (pensionistas, becarios, desempleados, dependientes...) también están expuestos a un IRPF más sangrante que en nuestro país. En suma, cuando la izquierda habla con aparente inocencia de recortar la brecha fiscal entre España y el resto de Europa está, en realidad, abogando por masacrar tributariamente a las clases medias. Ése es su proyecto económico para las próximas elecciones.
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