Opinión

El PSOE recortará las pensiones

El Plan de Estabilidad 2019-2022 que acaba de remitir el Ejecutivo socialista a Bruselas no sólo contiene sorpresas en materia de subidas impositivas –las cuentas recogen un agujero recaudatorio de 20.000 millones de euros que previsiblemente se cubrirá en el futuro a costa del bolsillo de las clases medias–, sino también en materia de pensiones. En particular, el Ejecutivo socialista ha comunicado a la Comisión Europea cuál espera que vaya a ser el gasto social en esta partida a lo largo de las próximas décadas. Hasta aquí, ninguna sorpresa: la sostenibilidad financiera del Reino de España depende crucialmente de que resolvamos de un modo adecuado el futuro de nuestro sistema de Seguridad Social, de modo que es totalmente lógico –y necesario– que el Gobierno remita sus previsiones sobre la evolución de los gastos y de los ingresos en esta rúbrica.

Lo llamativo, sin embargo, es la cuantificación que ha efectuado el Ejecutivo sobre cuál será el nivel de desembolsos por pensiones públicas en el año 2040 y en el año 2050: el 13,9% del PIB. Si bien tal cifra se halla más de dos puntos por encima de sus niveles actuales, se trata de un monto que en principio no constituye una gran amenaza para la economía española. Dentro de 20 años no es en absoluto inverosímil que podamos excepcionalmente financiar un sobregasto de 2 puntos de PIB a lo largo de una década. Ahora bien, ¿cómo es posible que, tras los negros augurios que han vertido todos los organismos nacionales e internacionales sobre la viabilidad de las pensiones públicas, el Ejecutivo socialista pronostique un porvenir tan relativamente llevadero? Sólo existen dos posibilidades: la primera es que el Gobierno esté mintiendo a Bruselas; la segunda, que esté mintiendo a los españoles.

A la postre, Pedro Sánchez se ha comprometido a derogar la reforma del sistema de pensiones aprobada en el año 2013 por el Partido Popular (una reforma donde se desindexaban del IPC las rentas de los pensionistas y donde se introducía el factor de sostenibilidad intergeneracional) y eso supondrá que, en el año 2050, el gasto de la Seguridad Social superará el 17% del PIB. Por ello, si el Gobierno comunica a Bruselas que ese gasto no superará el 13,9% del PIB, o bien está engañando a la Comisión o bien –algo que resulta bastante más probable– no tenga intención de abrogar los aspectos esenciales de la reforma de 2013 y, por tanto, a quien habrá mentido con descaro es al conjunto de los ciudadanos.

En definitiva, a los pocos días de haberse celebrado las elecciones generales, comenzamos a descubrir que el PSOE castigará con un doloroso sablazo tributario a los españoles y, a su vez, que no piensa reindexar estrictamente las pensiones al IPC ni suprimir el factor de sostenibilidad intergeneracional. Es decir, descubrimos que concurrieron a los comicios mintiendo sin escrúpulos a los electores para conquistar su voto. Por desgracia, ellos mismos son conscientes de que la memoria del votante medio es tremendamente cortoplacista y de que, por tanto, dentro de cuatro años nadie se acordará de sus embustes presentes.