Opinión
Prepárense, nos van a freír a impuestos
El 28A y el 26M han puesto a la nación patas arriba. Ya lo dijo Alfonso Guerra, aunque eran otros tiempos, “a España no la va a conocer ni la madre que la parió”. Pues eso.
Pedro Sánchez dispone ya de los medios para dedicarse a ello solo o en compañía de otros, que está por ver. El rodillo de la izquierda ha regresado y el mapa del Estado se ha teñido de rojo en versión 2019, que es rojo peligro, pasión fiscal.
El cambio está aquí, y no será indoloro especialmente para los bolsillos de los ciudadanos. El infierno impositivo no es un enemigo a las puertas, acaba de aporrear la aldaba y ha entrado después de que los votantes le hayan franqueado la cancela. El PSOE y los populistas afilan su voracidad para lanzarse sobre nuestros bolsillos.
Usted, querido lector, debe saber que el estado gratis total en el que se resume esa nación asistencial que la izquierda nos promete como el maná esconde en su epígrafe tres trolas tan monumentales como el Empire State.
Ni es Estado, porque el protagonista es usted, sufrido contribuyente, ni es gratis, porque ya se encargarán sus ahorros de padecerlo, ni es total, porque el catálogo de la presunta beneficiencia es el que interesa y sirve a los gobernantes de progreso para que ellos progresen.
Otra mala noticia para el ciudadano que depósito ayer su voto con o sin inocencia es que los socialistas y sus colegas de izquierda tienen un fabuloso talento para esto de extirparnos la prosperidad a golpe de decomiso fiscal. Manejan como nadie mil y un tipo de impuestos y si no tienen suficientes con los clásicos, se sacan de la manga uno verde, azul o multicolor. En breve se manifestarán en nuestras vidas el Impuesto de Sucesiones, Donaciones, el del diésel, ibis, tecnológicas, transacciones financieras, ivas, venías y compañía.
¿Pero eso lo pagarán solo los ricos, los bancos, las malévolas empresas y los enemigos del pueblo?
Pero, hombre, hay que despertar. En breve, la mayoría de nosotros, o sea casi todos, clase media, baja y mediopensionista, el grueso de los contribuyentes sentiremos una punzada en el costado que nos indicará que algo no funciona.
Ya será tarde, pero hay que estar preparados. Con todo lo prometido por socialistas y aliados, la factura crece y crece y es de obligado cumplimiento cuadrar cuentas en Bruselas.
La ecuación es sencilla y, como el PSOE se ha cansado de proclamar, en España pagamos pocos impuestos con eso de que la presión fiscal es una filfa comparada con la media europea. El discurso está construido, pero al menos, para tranquilidad general, todo es por nosotros. Pagaremos más, sí, pero lo haremos felices y con la satisfacción de saber que lo hacemos por una buena causa, la de la izquierda gobernante.
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