Aquí el tamaño sí que importa

El PSOE y sus masajistas mediáticos no se esperaban el correctivo que les propinó ayer la diosa Justicia con los ERE. Confiaban en que les iría tan bien como con el 1-O o con esa momia de Franco que al final consiguieron sepultar donde les apetecía a ellos y no a sus deudos. El quid de la cuestión no es sólo Andalucía, que también puesto que robaron a la Junta 680 millones, sino que los dos grandes condenados (Chaves y Griñán) fueron presidentes del PSOE. Chaves ha sido condenado a nueve años de inhabilitación y el segundo a 6 años de cárcel por malversación (en román paladino, robar dinero público) y a 15 de inhabilitación. Castigos similares han recibido seis consejeros, tres viceconsejeros y cinco directores generales socialistas. Casi nada. Cuando se dictó la sentencia de Gürtel se solicitó la dimisión de todo quisqui, empezando por un Rajoy que se tuvo que ir a su casa por un escándalo cuyo copyright no era suyo, ya que los hechos sancionados eran anteriores a su mandato en el PP. Esperemos que Sánchez se acuerde de la frase que espetó a su antecesor en plena moción de censura: «La sentencia de la Audiencia Nacional exige su dimisión inmediata». Entonces el dinero saqueado ascendía, según el fallo de la Gürtel, a 20 millones. Ahora hablamos de 34 veces más, destinados a paliar el drama del paro que acabaron en cocaína, prostitutas, asociaciones filosocialistas y amiguetes varios. La brutal desproporción obligaría a multiplicar por 34 las consecuencias políticas: espero que él ético Iglesias, PNV, golpistas y proetarras presenten una moción de censura a Sánchez. Y, si no, que el Falcon-adicto tire de paráfrasis y se aplique la medicina que él recetó a Rajoy: «Esta democracia no se puede permitir el lujo de estar encadenada más tiempo a la corrupción del PSOE». Lo tiene muy fácil: esta vez hay 34 veces más motivos para la coherencia.