Opinión
Cuotas por entrepierna
Intento respetar todas las ideas, aunque no todas sean respetables. Las de la diputada regional de VOX Alicia Rubio no lo parecen ni de forma ni de fondo. Que se atreva a decir que «el feminismo es cáncer» ya debería inhabilitarla como política, no solo por desconocer lo que este movimiento ha representado en la historia del mundo –y no solo para las mujeres, sino para la igualdad, tan deseada por tantos hombres de bien–, sino por su falta de sensibilidad. Pero que además hable de «lesboterrorismo», «pornofeminismo» y que considere los estereotipos sexistas como «tontadas» y «majaderías ideológicas», la convierte en una persona ajena a cuanto sucede en nuestra sociedad. Supongo que es esa mirada sesgada del mundo la que le lleva a ser tan machista como para hablar de «cuotas de entrepierna». El caso es que asegura, sin pudor, que los méritos de las mujeres muchas veces tienen que ver con sus «encantos», que es la manera más característicamente machista de invalidarlos. Que además afirme que las cuotas conducen a «colocar mujeres que no son válidas en ciertos cargos» certifica su empeño y, perdónenme, su estupidez. ¿Acaso cree Rubio que todos los hombres que ocupan «ciertos cargos» son válidos? Hasta que no haya el mismo número de mujeres buenas, malas y regulares que hombres buenos, malos y regulares en todas partes, no habrá igualdad. Porque aunque Rubio no lo sepa, las mujeres no pretendemos ser perfectas, sino tener el mismo derecho a probar y a equivocarnos que los varones, que, desde luego, tampoco lo son. Por suerte, vamos avanzando en ese terreno. Si no, sería impensable que una mujer con los «méritos» de Alicia Rubio ocupara un cargo público.
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