Opinión

Deriva judicial

Retomo mi último artículo donde recogía uno de los pasajes del debate de investidura del presidente Sánchez, en el que éste, refiriéndose a la situación que se vive en torno Cataluña, defendió que se debía «devolver el conflicto al diálogo y la política» para «superar la deriva judicial». Espero que la excelente resolución de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en relación a la inmunidad del condenado Junqueras no sea entendida como ínsita en tal deriva; me temo que la circunstancia de haber celebrado las sesiones de investidura en pleno fin de semana de reyes, pudiéndolo haberlo hecho durante esta semana, mucho tenía que ver con el más que previsible contenido de tal resolución, puesto que se hubiera convertido en un obstáculo para que ERC hubiera apostado por su vergonzante abstención.

Volviendo al término deriva, me sigue preocupando su uso, por su ya adelantado significado sobre un posible desvió del normal rumbo; quizá lo que se quiso fue utilizar el término de derivada o derivado que puede ser utilizado como adjetivo que alude a algo que es producto de otra cosa, y ahí su uso es más correcto, puesto que la derivada judicial si puede ser entendido como la consecuencia de haber cometido delitos en un contexto de conflicto político. No se trata de una judicialización de la política, sino del enjuiciamiento de hechos criminales que algunos han cometido en el seno de un conflicto político. Que desde el ámbito independentista tengamos que soportar aberrantes valoraciones, no siendo lo deseable, es asumible; pero que desde el Gobierno de la Nación se de pábulo a estas barbaridades es otra cosa.

Me niego a aceptar como referente la famosa frase de Voltaire «La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria»; tenemos que movernos en el terreno de los principios y la memoria, porque la inmoralidad y la desmemoria no pueden ser los parámetros de la acción política en caso alguno. La política no se construye desde la mentira, el engaño o las verdades a medias. Resulta peligroso, aunque se obtengan réditos inmediatos. La democracia se fundamenta en conceptos éticos tales como el bien común y la responsabilidad. Espero que no se vuelva nunca más a utilizar en este contexto la expresión deriva judicial.