Opinión
Huyendo de la verdad
Cualquiera que haya visto algunos programas de diferentes televisiones este fin de semana podría llegar a la conclusión de que la conformación de las listas electorales entre el Partido Popular y Ciudadanos en el País Vasco es uno de los grandes problemas nacionales, algo muy alejado de la realidad, porque lejos de ser un problema, es el primer paso del más que necesario reagrupamiento del centro derecha en España. En cualquier caso, se pone de manifiesto el intento por parte de algunos de esquivar los auténticos y graves problemas que tenemos en España. El principal, un Gobierno enfrascado en resolver disputas internas, más preocupado de su propio equilibrio y de satisfacer los peligrosos requerimientos de aquellos que les han prestado sus apoyos; la mesa bilateral con independentistas, la anunciada rebaja penal a los condenados por el golpe de Estado en Cataluña, el desprecio a la preocupación que genera en el pueblo español la situación en Venezuela apostando por una política de apaciguamiento con el dictador Maduro totalmente contraria a la política exterior de la Unión Europea, sí son verdaderos problemas. La unidad de España, la igualdad de los españoles y la defensa del estado de derecho están seriamente comprometidos, y a ello, se le une una política económica que nos puede colocar en una situación muy difícil. En una democracia el equilibrio informativo en los medios de comunicación lo debería asegurar la pluralidad democrática, y la cuestión es como esto está en riesgo en España, especialmente, teniendo en cuenta que hoy por hoy la televisión sigue siendo el medio de mayor conformación de la opinión publica. La participación de la sociedad en la construcción de la agenda informativa de los medios debe estar consolidada en la responsabilidad de los que dirigen los medios audiovisuales. La ausencia de solidaridad con las reales preocupaciones de la sociedad terminará generando una sensación de impotencia y alienación entre los ciudadanos que terminará volviéndose en contra de los medios que generan artificiales preocupaciones para asistir a un Gobierno asediado por su ineficacia, por sus peligrosos aliados y sobre todo por una radicalidad ausente en la sociedad española. Decía Tomas Jefferson que donde la prensa es libre y todo hombre es capaz de leer, todo está salvado; si Jefferson hubiera conocido la televisión hubiera considerado lo inconcluso de su frase.
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