Opinión

El éxito de Bernie

En 2010, Obama impulsó una bajada drástica de impuestos a las grandes empresas y, con la ayuda de Biden, logró que los republicanos la aceptaran en el senado. La principal voz discordante fue la de un senador de Vermont que llevaba casi dos décadas en la cámara alta sin destacar especialmente. Durante ocho horas y media, el senador pronunció un discurso en la línea clásica del filibustering señalando hasta qué punto la ley era inmensamente dañina para las clases medias. Obama tuvo que sacar a Clinton de su retiro para que apoyara la norma que pasó finalmente. Sin embargo, el discurso del senador tuvo un extraordinario éxito, se publicó como libro y se convirtió en bestseller. Aquel senador se llamaba y se llama Bernie Sanders, y en 2016, se presentó a las primarias presidenciales del partido demócrata. Existen indicios sobrados de que las ganó, pero el aparato del partido dio un pucherazo para que Hillary fuera la candidata. Como es sabido, perdió ante Trump. Ahora Bernie ha vuelto y, a la espera de lo que pase el supermartes, su trayectoria parece imparable. Hay varias razones para ello. La primera es que apunta a muchos males que, desde la derecha, también señaló Trump. Si Trump habla de «limpiar la ciénaga», Sanders clama contra el entramado de intereses que acaba pagando, no sólo a través de impuestos, la clase media. La segunda es que Sanders ha evitado las estúpidas y artificiales batallas de la izquierda. Mientras Obama apoyaba al multimillonario Bloomberg señalando que le apoyó en el control de armas –un tema que a la mayoría de los americanos le importa un bledo– la gente votó a Sanders porque se centra en sus problemas cotidianos. Bloomberg lleva gastados más de trescientos millones de dólares en la campaña, pero Sanders ha ganado en Nevada y no por el voto hispano sino porque lo votan anglos, negros e hispanos por igual. El que los votantes elijan a los candidatos es sanamente democrático –¿por qué no sucede en España? – y explica el triunfo de Trump en su día y ahora el de Sanders, en contra de los aparatos de los partidos. El pueblo quiere hablar y no que lo encorseten en los intereses de las oligarquías. Por eso temen a Sanders como a la peste y lo acusarán de comunista hasta el final. Por eso, Sanders podría ganar la nominación.