Opinión
Huyendo de los extremos
La teoría de la herradura formula cómo la extrema derecha y la extrema izquierda, en realidad, se parecen la una a la otra de forma muy similar a los extremos de una herradura. La teoría se opone por lo tanto a la tradicional representación lineal del espectro político entre derecha e izquierda, en definitiva que desde el centro la izquierda y la derecha se distancian hasta llegar a un punto en el que tienden a converger. Si esta convergencia fuera absoluta llegarían a encontrarse conformando un único extremo opuesto a la centralidad, un extremo definido por el totalitarismo y por la negación de la libertad individual. La exaltación de lo colectivo sobre lo individual sustituye al concepto de interés general, de tal suerte que la razón por la que se sacrifican los derechos y libertades individuales no se basa en criterios de proporcionalidad sino tan solo de exaltación de lo colectivo. Un Gobierno o más bien un desgobierno como el que rige hoy los designios de la nación española corre el riesgo real de extremar y avanzar en una rama de la herradura hacia las posiciones de su socio radical, y esto a la vez, pone en valor y le da protagonismo al extremo opuesto de la herradura, colocando al centro y a las posturas equilibradas en una posición muy difícil, obligando a adoptar y avanzar hacia posturas más radicales para no perder espacio político ,y esto nos llevaría a un peligroso escenario donde los que mejor se desenvuelven son los extremistas al ser su espacio natural, generando tensión social, enfrentamiento y caos, algo que para ganar una alcaldía puede ser eficaz, pero para mantener un gobierno de una nación como España a la larga será sumamente peligroso. En España por desgracia, conocemos las consecuencias porque las hemos sufrido en forma de guerra civil. Si a esto se le une el ombliguismo con el que se mueven algunos grupos y medios de comunicación, estamos perdidos. En España sobran agendas propias, y lo que hace falta es una común que nos haga converger en la pinza de la herradura huyendo de los talones, porque lo contrario nos lleva al desencuentro permanente y al inevitable enfrentamiento. Mal estamos en un país donde nuestra confianza pasa porque el presidente Sánchez esté mintiendo a los independentistas.
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