Opinión

Hay mucho que hacer juntos

La lucha contra el coronavirus es día a día. Cada día se da un paso y cada día se retrocede otro. Ayer se confirmó que ya se han curado un 12,5%, un total de 7.015. Aunque está cifra va en aumento, desgraciadamente siguen muriendo infectados. Ayer, al cierre de esta edición, eran 655, con 56.188 contagiados, de lo que 3.679 están en la UCI. El 67% de los fallecidos tiene más de 80 años. Hay muchos más datos negativos, si nos detuviésemos a contar caso al caso, drama a drama; la muerte de personas sin estar acompañadas de sus familiares, sin poder ser enterradas dignamente. Por no centrarnos exclusivamente en las condiciones en la que están en las residencias de mayores, aislados, sin posibilidad de salir, a la espera de que la UME de nuevo les pueda atender. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel Ángel Villarroya, confirmó que 753 residencias habían sido ya inspeccionadas. Pero también hay señales de que pudiera invertirse pronto la tendencia de fallecidos: por primera vez, ayer, la cifra de muertos es inferior a la del día anterior, lo que podría indicar que pronto se revertirá la curva ascendente.

Sí, España está viviendo una situación límite –pero abstenerse agoreros políticos–, porque no hay más salida que reponerse porque, ahora más que nunca, la solución es colectiva. Hay que confiar, pero siempre que el país tenga un dirección política correcta, aunque sobre esto ahora mismo hay serias dudas. En muy poco tiempo se han hecho cosas importantes, además de la ejemplar respuesta de los sanitarios, que ayudarán a paliar la pandemia en zonas especialmente castigadas. En apenas 18 días se ha levantado el hospital de emergencia de Ifema, que, en su primera fase, cuenta con cerca de 1.400 camas y 96 destinadas a UCI con la colaboración de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y la UME con la finalidad de descongestionar los hospitales que quedaron colapsados. El Rey visitó ayer las instalaciones que ya están en fucionamiento y comprobó el enorme trabajo que se ha desarrollado, la profesionalidad con que se ha hecho, el compromiso de las instituciones y empresas privadas que han colaborado. «Cuando todos trabajamos juntos, por un objetivo común, somos capaces de vencer y superar las dificultades por graves y serias que sean, dijo Felipe VI. Así es, pero ya no se trata de palabras protocolarias, sino de la expresión racional y sentida a la vez de que esa es la línea de trabajo que ha de seguirse en esta crisis y en el futuro que nos espera: colaboración leal entre instituciones, entre la Administración y sector privado; entre comunidades autónomas y Gobierno central.

En los últimos años, España ha malgastado muchos medios y energías en guerras particularistas que sólo han servido para profundizar en la división territorial, inculcar la miserable política de la diferencia y ser permisivos con la mala gestión de los asuntos públicos mientras se hipnotizaba con un patrioterismo envenenado. El ejemplo más dramático se ha demostrado en la descoordinación en la compra de material sanitario entre comunidades autónomas y el Gobierno. Cada uno decidió plantear la guerra por su cuenta ante el riesgo de que los hospitales –que dependen de cada territorio– se quedaran desabastecidos. Llegará un momento en el que temas que hasta ahora eran un tabú impuesto por el nacionalismo, se planteen abiertamente. Es decir, por encima de cualquier delirio identitario está la protección los ciudadanos. Esta crisis habrá de servir para exigirnos muchos más y exigir mayor eficacia a nuestros políticos. Ante lo mucho que se ha hecho en el hospital de emergencia de Ifema, Don Felipe apuntó que «es una auténtico símbolo de lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos juntos con un fin común».