Irá a peor

Venga. Tenemos que estar preparados para situaciones que no deseamos vivir. Nos lo recuerdan no solo los expertos, bueno, depende de a qué expertos consultes, porque mientras uno ve acercarse el Apocalipsis, otros creen que solo nos toca un ratito de infierno. En cualquier caso conviene que las mentes se acomoden para que las neuronas bailen su propio funeral. Los aplausos seguirán para que el triste espectáculo pueda continuar. Para dar mensajes de ánimo mejor pasar un rato con «Modern family» y así nos curamos de espanto. Ya ni siquiera puede uno sintonizar con «Sálvame», convertido en el consultorio sentimental de la epidemia, sobre todo porque a los presentadores y a los contertulios se les está pasando los efectos de los retoques estéticos, que es casi peor que una imagen de cuando Wuhan, que ahora es aquí. Hablan con un médico como si fuera Rocío Flores confinada en Honduras, solo que el científico está en su casa o en un hospital. Lo que en otro momento nos haría reír ahora apenas consigue una mueca agria, será el limón. Cuando los ancianos ven a Simón salir por televisión se persignan como si vieran al demonio, lo que enlaza con el infierno del que les hablaba. Cuando llegue el calor y aún estemos en nuestras casas entenderemos mejor lo que anuncian los llamados agoreros que vienen a ser brujos sin varita mágica que dicen la verdad, aunque algunos los confundan con Aramis Fuster que dice que pronosticó el coronavirus, claro que ella enseñó lo prohibido en «prime time». Vayamos cambiando la ropa del armario con tranquilidad porque no la vamos a usar. Y así, pertrechados para lo peor, igual se obra el milagro y nos rescata lo mejor.