Opinión
Falsos éxitos nazis
Por increíble que parezca, los nazis fueron sumamente admirados antes de 1939, no solo dentro de Alemania sino también fuera. En 1938 la revista «Time» nombró «Hombre del año» a Adolf Hitler.
Una razón por la cual los nacional-socialistas fueron tan aplaudidos era su política económica antiliberal, porque se atribuyó a su intervencionismo el crecimiento del país y la gran caída del desempleo. Hoy, cuando, como siempre sucede ante cualquier crisis, arrecian los cánticos hostiles al liberalismo, conviene repasar los supuestos éxitos económicos hitlerianos.
Como recuerda el Blog Salmón, los nazis, con el ministro y banquero central Hjlmar Schacht a la cabeza, rompieron con el Tratado de Versalles, dejaron de pagar sus deudas, militarizaron el país, anexionaron Austria y Hungría, y se dedicaron a robarles sus bienes a los judíos y en general a los que no eran nazis. Además, fomentaron el desplazamiento de las mujeres a los hogares, para ser «buenas alemanas» que se dedicaran a «procrear alemanes puros de sangre y realizar sus tareas domésticas», incentivando así el empleo de los parados masculinos (véase https://bit.ly/2JyuupS).
El comercio y las divisas fueron controladas por el Estado, que subvencionó el crédito, expandiendo artificialmente el consumo y la inversión con las «Mefos», letras que los contratistas públicos recibían del Estado y descontaban en el Banco Central. Como dice Wolfgang-Dieter Classen el New Palgrave: «Una especie de keynesianismo de gasto y déficit», que animó el crecimiento mediante una burbuja que no podía durar.
Los liberales, en la línea de Hayek y su «Camino de Servidumbre», contemplaron desolados la perdurabilidad de las falacias económicas de los nazis tras el fin de la Guerra. Schacht está en la cárcel, apuntó el periodista Henry Hazlitt en 1947, pero sus ideas han conquistado Europa.
El propio Hjalmar Schacht, que se había enfrentado al régimen cuando en 1937 propuso frenar la expansión del crédito, y los nazis, lógicamente, se negaron, fue juzgado como criminal de guerra y absuelto; después, un tribunal de desnazificación lo condenó a ocho años de trabajos forzados, pero fue liberado en 1948. Volvió a dedicarse a las finanzas y murió muchos años después, en 1970 en Munich. No todas sus doctrinas antiliberales murieron con él. Algunas han llegado hasta nosotros.
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